Uno de los monasterios con encanto de Galicia, está en venta. Es una joyita que se conserva en un lugar bello y relativamente escondido de la provincia de Lugo: Santa María de Penamaior.

Guiarte.com publica una noticia, firmada por Tomás Alvarez, (https://guiarte.com/noticias/venta-santa-maria-penamaior-lugo.html) en la que describe este centro monacal benedictino:

El enclave monacal es magnífico: un valle estrecho y solitario, en el que se funden los bosques y praderías con las antiguas y solitarias construcciones.

El viajero que se aleja algo más de un kilómetro de la carretera Nacional VI, entre Becerreá y Baralla, se sorprenderá al descubrir entre las soledades la estampa magnífica del templo de Santa María de Penamaior, del final del siglo XII.

A su lado, se hallan los desvencijados restos del convento, en los que –a pesar del tiempo- se percibe la calidad constructiva.

Venta del ruinoso edificio monacal

Según precisa La Voz de Galicia, la venta del mismo afecta básicamente al edificio monacal, salvo la iglesia, bellamente restaurada en época relativamente reciente por la Junta de Galicia.

La propiedad demanda 600.000 euros por el convento, centro que debería ser salvado de la creciente ruina.

“Solo la inversión privada o la adquisición, por parte de un organismo público, pueden permitir que este patrimonio se salve”, dice el rotativo.

Según algunas fuentes, el monasterio de Santa María de Penamaior arranca del siglo X y se dice que desde él san Virila partió con 16 monjes a reactivar el de Samos.

Otras fuentes retrasan la fundación al siglo XII, en tanto que fechan el edificio conventual sería del siglo XV.

El templo es lo más valioso de esta vieja abadía benedictina.

En la construcción se alterna la piedra y el muro de mampostería de pizarra. Mientras la sillería luce en todo su esplendor, la mampostería está enfoscada de argamasa y con color blanco, lo que le da una bella imagen en la que se resalta la calidad de los vanos.

Un «muestrario» del románico

La iglesia de Santa María de Penamaior tiene tres naves, sin transepto, con una cabecera triabsidial.

El ábside central tiene plano poligonal en el exterior y es semicircular por el interior.

Cuando el viajero se acerca al lugar lo primero que ve es el costado norte. Su examen es delicioso porque los tres vanos son todos diferentes: una ventana románica clásica, otra geminada y un sorprendente rosetón de rara belleza, ornado con cabecitas humanas.

La fachada oeste es también especial porque se articula con una puerta románica y tres vanos, uno por cada nave, pero todos ellos de distinta factura.

El resultado genera en el visitante una extraña sensación, y le hace pensar que los constructores –más que una armonía- optaron por presentar un auténtico muestrario de las facturas románicas.

Esa sensación se refrenda al contemplar la factura de la puerta y en especial su tímpano, con curiosos signos y temas caballerescos.

Enfrente de esta fachada, está también, en relativo buen estado, el molino del convento, de excelente piedra de cantería y con un escudo.

En la vía lucense de Künig

El monasterio se halla en las inmediaciones del itinerario jacobeo que hizo en el siglo XV el monje alemán Hermann Kunig, quien describió un Camino desde Einsiedeln (Suiza) a Compostela.

En su famosa guía, Künig describe el itinerario clásico del Camino Francés con dos variantes.

La primera en León, donde cruza los Montes de León por un paso que le llevará por Santa Marina del Rey, Cerezal de Tremor y Ponferrada.

La segunda en Lugo, donde irá por Piedrafita, Becerreá y Lugo hasta Melide.

Está a punto de aparecer un libro sobre el itinerario de Hermann Künig, con una traducción del texto del monje.

En el mismo, el escritor lucense Jose de Cora, presenta una visión histórica de Penamaior y, en especial, de su notable estauroteca, relicario que alberga un fragmento del Lignum crucis.

Es una “pieza única en Galicia”, según destaca este notable autor.