El recorrido lucense de la Vía de Künig tiene belleza paisajística y atractivos artísticos.

El periódico La Voz de Galicia ha publicado un extenso reportaje sobre la recuperación del trayecto peregrino que realizó en el siglo XV el monje alemán Hermann Künig, en el entorno lucense.

El Diario reúne trabajos de diversa autoría, y lo abre Mónica P. Villar destacando que los municipios de As Nogais, Becerreá, Baralla y O Corgo, «esperan que Hermann Künig obre un milagro».

El relato de la periodista dice así: “Este monje alemán peregrinó a Santiago en el siglo XV. Y aunque en Roncesvalles tomó el Camino Francés, al entrar en Galicia varió su trayecto para evitar los rigores del invierno en las montañas más altas.

Tomó así una ruta alternativa que le llevó del Bierzo a la ciudad de Lugo, y que recomendó a sus compatriotas en una guía escrita en verso publicada por primera vez en 1495, que se hizo muy popular en los años siguientes.

A la recuperación de esa ruta de peregrinación, bautizada como Vía Künig, se encomiendan ahora varios de los concellos a los que el ocaso de la N-VI tras la construcción de la A6 ha ido dejando cada día más apagados.

«É unha esperanza para que veña xente e haxa movemento, porque desde o da autovía isto non é o que era», dice Julia tras el mostrador de la Ferretería Rucho, en Becerreá. Son las once y media de la mañana y hay clientes, pero asegura que por la tarde el panorama cambia de manera radical. En este establecimiento ya pueden comprarse imanes con el logotipo de la Vía Künig, lo que da idea de la ilusión que tienen puesta en este recurso como dinamizador del turismo y la economía de la zona. «Nalgún local das Nogais tamén os venden e case todos levamos pegatinas no coche. Hai que estar unidos nisto», abunda la dependienta.

Fuera, a pocos metros de la tienda, está parado un taxi. En sus puertas también luce el logo con el nombre del monje alemán. «Levámolo case todos. Somos como unha ducia de taxis, aínda que a verdade é que sobramos máis da metade», cuenta el conductor.

Explica también que en verano ya se vio algún peregrino en bicicleta. «Pero isto vai tardar. Terán que vir os primeiros e logo co boca a boca… Era boa cousa que trouxera xente porque os pobos están quedando baleiros», lamenta.

Los Ayuntamientos decididos a apoyar la vía jacobea

Por el momento, la ruta no está considerada oficialmente como vía jacobea, aunque sí se ha señalizado el itinerario y varios colectivos llevan tiempo trabajando para su reconocimiento.

A su esfuerzo se suma ahora el interés activo de los consistorios. «Vaise investir o que faga falta. Isto significa o futuro para estes concellos pequenos, como non o imos pelexar?», asegura contundente el alcalde de Baralla, Miguel González, que ya puso el sello del ayuntamiento en la documentación de algún peregrino este pasado verano.

González señala que ya hay interesados en la posibilidad de abrir un pequeño hotel y un albergue. «Involucrar aos empresarios é fundamental», dice. Por eso los concellos están dando charlas informativas sobre la ruta pero también sobre las oportunidades de negocio que supone un itinerario jacobeo. Ponen como ejemplo localidades cercanas como Pedrafita o Triacastela.

La misma comparación surge también conversando en el bar Centro, que ya luce en su puerta el distintivo de la ruta. Celsa, que sonríe tras la barra, es una de sus grandes valedoras: «Sería unha fonte de ingresos, moi importante. Nos pobos pequenos outra cousa non queda».

 Sentado al otro lado del mostrador asiente Manuel. Él trabaja en una ferretería. A priori, no parece un negocio que vaya a beneficiarse de la llegada de peregrinos. «Os peregrinos paran en todos lados, dígocho eu que levo once anos facendo o Camiño por distintos itinerarios. Deixan moitos cartos. Son un negocio rentable para calquera pobo», rebate.

La llegada al local de Tito confirma que en Baralla están muy ilusionados con el proyecto. Él no tiene negocio en la localidad pero está muy implicado en la iniciativa: «Non todo son cartos. Eu son de Baralla e quero que o meu pobo estea no mapa. Se a cousa vai adiante, isto igual non morre», augura.

Todos saben que arrancar no será fácil pero son optimistas. «Temos unha gran vantaxe: a xente agora quere variedade e os peregrinos buscan alternativas máis enxebres», opina Manuel. «Ogallá traia xente e negocio. Eu teño esperanza, mira Lugo que agora está cheo de peregrinos!», comentan tras la barra de otro Bar Centro, en este caso el de Becerreá.

El reto para lograrlo será estar a la altura a la hora de ofrecer servicios a los peregrinos, porque de las bondades naturales del itinerario están convencidos. En la época de los selfies y las redes sociales, están seguros de que la belleza de su ruta, que lo mismo atraviesa prados que soutos, ríos que pueblos con huellas romanas, cautivará a los viajeros. Su esperanza es lograr el reconocimiento oficial antes del próximo Año Santo, en 2021. Una misión difícil.

«Levo aquí 52 anos. Oficien máis de 200 enterros e menos de 50 bautismos», cuenta a las puertas de la iglesia de Penamaior su párroco, don Gonzalo. Al calor de la nueva vía de peregrinación espera que Iglesia y administraciones se animen a invertir en la conservación de esta joya, cuyo convento adyacente y semirruinoso, que se puso a la venta hace meses por 600.000 euros, acogía a peregrinos en la época de mayor esplendor de la Vía Künig.

El conjunto es una de las grandes joyas que esconde el recorrido. Pero hay muchas más. María José López Caldeiro, historiadora de la Asociación Cultural Vía Künig cita tesoros de la arquitectura religiosa como la iglesia de Santo André en As Nogais, o la capilla de San Bernabé en O Corgo, pero también de la arquitectura civil como el espectacular puente de Cruzul, en Becerreá, o el de Senra, en Baralla.

Desde Patrimonio dos Ancares, otro de los colectivos que solicitó hace años recuperar el itinerario, también hablan de un gran potencial. «É o gran descoñecido, pero o turismo vinculado a todo ese patrimonio pode ser unha solución para unha comarca que sofre un despoboamento brutal, que perdeu o 30 % dos seus habitantes dende o 2004, e para a que a solución non vaichegar da man da industria», opina Xabier Moure, historiador del colectivo.

López Caldeiro también está convencida de la revolución que supondría retomar la vía de peregrinación: «Generaría empleo directo en la atención a los peregrinos: comer, beber, descansar, medicinas, tratamientos podológicos y de fisioterapia, vestuario, ocio… Y también indirecto, por ejemplo en servicios de lavandería o abastecimiento de productos de alimentación»”.

Datos del viejo peregrinaje

En el diario también participa, desde Lugo,  el informador Suso Varela, que recuerda datos del peregrinaje en el pasado

“Los integrantes del colectivo del patrimonio de Os Ancares – dice- no salen de su asombro con el reciente hallazgo de un documento bautismal depositado en el Archivo de la Diócesis de Lugo y que demostraría el uso que tuvo la conocida como Vía Künig como una variante del Camino Francés a Santiago, especialmente durante los meses de invierno.

La investigadora María José López Caldeiro encontró en el Libro Primero de Bautismos de Santa María de Pacios, parroquia de Baralla, una anotación del 14 de diciembre de 1780, en la que el cura de entonces, Pedro González Valcárcel, bautizó a un niño nacido el día 12 del mismo mes y al que llamaron sus padres Jacob María. La importancia de este dato tan feliz en apariencia es que sus padres se encontraban de paso, haciendo el camino por la Vía Künig.

Los integrantes del Colectivo Patrimonio dos Ancares están investigando el origen y el estatus del matrimonio que paró en la aldea de Baralla camino de Santiago. Se trata de Pelagio Coster – hijo de Gaspar Coster y de Magdalena Sihamenin- y de Bárbara Baiman, hija de Lucas Baiman y María Luikonen. El marido, según el acta bautismal, pertenecía al «Obispado de Constancia, Reino de Hungría, imperio de Alemania», mientras que la mujer era de «uno de los cantones catholicos y ora avecindados en el lugar o ciudad de Rotubil».

El cura de Pacios dejó señalado que actuaron como padrinos los vecinos de la aldea de A Valiña, Pedro de Castro y Xoana Álvarez. El cura les advirtió que actuaban como parientes espirituales ante la falta de familiares próximos.

El historiador del colectivo ancarino Xabier Moure apunta que «esta parella ven a Galicia nunha época de revoltas na súa terra contra o imperio xermánico, que poucos anos despois desembocaría no imperio Austro Húngaro».

Elementos promocionales del camino lucense del monje Hermann Künig. Fotografía de la Voz de Galicia

El también integrante del grupo cultural Xosé Antón Lozano Silvosa está investigando la procedencia concreta de este matrimonio y su condición social, aunque no se podría descartar que fuesen de una familia con dinero y que estuviesen haciendo el Camino. No por casualidad pusieron el nombre de su hijo como Jacob María, en honor al Apóstol Santiago y a la patrona de Pacios, destaca Moure.

Otro dato que aporta este historiador es un protocolo del escribano de Neira de Suxá (actual Baralla), del año 1651, en el que figura una escritura de compra venta «e neladise que Pedro García, veciño do lugar da Calvela (na parroquia de Ferreiros, Baralla), compra a Thome Díaz, veciño de Vilartelín (tamén en Baralla), determinada leira que linda «con el camino francés»”

Santa María de Penamaior

Xosé Carreira, por su parte, destaca desde Becerreá el peligro que late sobre Santa María de Penamaior, donde la vegetación avanza sobre la iglesia románica de este singular monasterio

Señala que el historiador Xabier Moure, miembro del colectivo Patrimonio dos Ancares, afirma que «pouco se sabe do misterioso mosteiro de Santa María de Penamaior, ou o «convento» como se coñece a este cenobio erixido nas abas da Serra do Pico, en Becerreá».

Es una joya, pero una joya, que aunque fue restaurada hace años, que está abandonada, desatendida y que es reflejo del desinterés de las instituciones por el patrimonio. La masa de la fachada se cayó en algunos puntos, el ábside está a punto de ser invadido por las hiedras, hay personas que cuelgan en las espléndida entrada carteles de las verbenas…

El destacado conjunto es un gran desconocido. «Del hai poucos documentos, pero moitas historias e lendas que o relacionan coa Orde do Temple e mesmo con prácticas de tortura xa que se atopou entre os seus muros algunha técnica de castigo medieval», apunta Moure.

El historiador dice que hay varias opiniones sobre la fecha de fundación aunque algún documento la sitúa en el siglo X «cando a invasión dos sarracenos, o abade de Carracedo do Bierzo enviou a Frei Pedro Calvo con outros relixiosos para as montañas de Becerreá, que se instalaron onde logo se levantou o mosteiro».

El historiador Xabier Moure dice que el monasterio «chegou a reunir a finais do século XIII numerosas propiedades; mesmo o abade tiña ao seu servizo dous “escudeyros do abade” que se chamaban García Pérez e Miguel Pérez. Dise que era o único mosteiro que non dependía directamente da abadía francesa do Císter. Das antigas dependencias quedan algunhas pilastras que daban ao claustro, as súas pedras foron aproveitadas noutras construcións».

«O desaparecido cenobio -añade- foi fundado por monxes cistercienses do Bierzo que o habitaron ata a desamortización do ministro Mendizábal no ano 1835. O abade de Carracedo mandounos baixo o mando dun prior para que erixan unha casa e oratorio coa finalidade de atender aos peregrinos que ían cara a Compostela, xa que por aquí pasaba unha derivación do Camiño de Santiago, documentada polo monxe alsaciano Künig de Vach no ano 1495». La iglesia del monasterio es del siglo XII y fue reformada en el XVII.