Castillo Real de Blois

Castillo real de Blois, en primer término la escalinata monumental, de la época de Francisco I. El edificio es patrimonio Mundial de la UNESCO. Imagen de Atout France/J. Damase

Por Tomás Alvarez

Blois, a la vera del Loira,  es otra de las ciudades francesas por las que pasó Hermann Künig en su viaje de regreso a Alemania

Con unos 50.000 habitantes, Blois se halla entre las ciudades de Amboise y Orleans, lugares por las que anduvo el monje alemán en el itinerario que él denominó Camino Bajo o Niederstrasse.

El monje servita de Vach escribió que ésta era una ciudad vistosa. Él la conoció en el final de la Edad Media, cuando era una de las residencias habituales de los reyes de Francia.

Una Ciudad Real

Previsiblemente, el monje avanzó desde Tours y Amboise por la orilla sur del Loira, para continuar desde Blois a Orleans por la orilla norte, pues en la guía dejó escrita explicó que  “allí (en Blois) dejas el río a mano derecha”.

La urbe se asienta en la orilla de este famoso cauce que fue frontera entre las zonas de influencia francesa e inglesa durante la Guerra de los 100 Años.

De hecho, Juana de Arco fue bendecida en el castillo de Blois antes de su partida a la liberación de la cercana ciudad de Orleans.

El éxito de aquella empresa bélica inclinó la balanza de la guerra hacia el lado francés.

Blois, junto al Loira

Blois, a la orilla del Loira. Imagen de Atout France/J. Damase

La ciudad de Luis XII

El rey Luis XII, nacido en Blois en 1462, transformó el castillo en torno al año 1500, para convertirlo en una residencia renacentista que actualmente forma parte del  Patrimonio Mundial de la UNESCO

Siete reyes franceses habitaron en este edificio, renovado también por Francisco I, en cuya época se amplió y se hizo la espectacular escalinata de muros calados y rica decoración.

En el lugar perviven algunas calles de sabor medieval y sendas iglesias de interés: la catedral, del siglo XVI, de un gótico final, y la de San Nicolás, básicamente del XIII, y con gran prestigio en la Edad Media por las reliquias que albergaba, entre ella un lignum crucis.