Nueva entrada sobre la serie de Peregrinaciones y peregrinos (6). En ella nos acercaremos al mundo de las peregrinaciones profanas, las de los modernos “ídolos” de masas.
Por Tomás Álvarez
Aparte de las peregrinaciones a lugares vinculados a los dioses y seres bienaventurados de las grandes religiones, existen “cultos” que mueven un elevado volumen de peregrinos. Hoy nos detenemos brevemente en ellos.
Nuestra sociedad de masas encumbra a los personajes del deporte, del arte o del espectáculo que tienen gran protagonismo, elevándolos a la categoría de seres míticos y proponiéndolos como modelos de referencia para amplios espectros de los ciudadanos. Son lo que muchas veces se conoce en lenguaje mediático como “ídolos” de las masas.

Modernos “ídolos de masas” también generan grandes “peregrinaciones profanas”. En la imagen, cola para entrar al mausoleo de Mao, en la plaza de Tiananmen, Pekín, China.
* Fuente Commons/Wikimedia/..
El diccionario de la Real Academia Española tiene dos significados de ídolo: la imagen de una deidad objeto de culto, y la persona o cosa amada o admirada con exaltación.
El culto al héroe y al atleta triunfador
Ya en la antigüedad se rendía culto al héroe, al atleta ganador o al fundador de la ciudad. Un ejemplo de esto lo podemos ver en el deporte de la antigua Creta y en los juegos de la antigua Grecia continental. En esta, destacaba la proliferación de competiciones instituidas en honor de distintos dioses, tales como Zeus -Juegos Olímpicos- o Apolo, -Juegos Píticos-.
Los vencedores de aquellas competiciones sagradas, en Olimpia o Delfos, eran venerados como auténticos dioses; porque se entendía que la victoria era don divino.
Con la llegada del cristianismo el carácter sagrado de la competición y de los ganadores fue rechazado, y el propio emperador romano Teodosio acabó prohibiendo estos juegos, en el final del siglo IV.
La obsesión de los gobernantes por la divinidad
La obsesión de los gobernantes antiguos por vincular su figura con la divinidad fue habitual. Todos conocemos la permanente preocupación de los mandatarios de Egipto o de los emperadores romanos por mostrar su carácter divino. En el caso del mundo romano la “divinidad” del emperador trajo innumerables desgracias a los cristianos. Estos, fieles a su monoteísmo, se negaban a participar en cultos a otros dioses, incluidos al propio jefe del Estado Romano; lo que les acarreó masivas persecuciones.
Durante milenios, los mandatarios utilizaron aquella presunta vinculación a la divinidad, para transmitir a sus hijos el derecho de dominio sobre de súbditos y territorios; un poder que entró en crisis con los ideales de la Revolución Francesa.
Esa obsesión por la vinculación con lo divino ha llegado a nuestros días. Los españoles, por ejemplo, la comprobábamos cada día, durante muchas décadas, al contemplar en las monedas de curso legal la efigio del general Franco, con una inscripción que atribuía su poder a la “gracia de Dios”.
Los ídolos de la industria del ocio
En nuestra sociedad, la “veneración profana” se orienta especialmente hacia los líderes más carismáticos y los profesionales de la industria del ocio, magnificados por el cine y la televisión.
Es tal la presión sobre estos personajes que se ven obligados a un esfuerzo permanente por proteger la vida privada, muchas veces con guardaespaldas y extraordinarias medidas de seguridad en sus residencias. Intentan aislarse del vulgo y con ello lo que suelen conseguir, paradójicamente, es que el propio aislamiento los encumbre aún más.

En la Grecia clásica, los vencedores de los grandes juegos eran objeto de culto. Ánfora con corredores, atribuida al pintor griego Euphiletos (MET, 14.130.12)
* Fuente Commons/Wikimedia/Meetropolitan Museum/.
La devoción hacia el actor notable, el cantante famoso, el gran deportista, o el político extraordinario, se traduce en una cierta sacralidad en torno a la persona, su vivienda, al lugar donde nació o murió. Estos lugares pasan a ser puntos hacia los que acuden sus admiradores, a veces en número de millones.
La casa de Elvis Presley, los mausoleos de Lenin o Mao, el Memorial de Lincoln, las tumbas Michel Jackson o Marilyn Monroe son lugares visitados por infinidad de personas, muchas de ellas portando flores o recuerdos o besando la dura piedra de la sepultura. Hasta el mármol de la tumba de Marilyn, la actriz famosa por sus seductores labios rojos, ha tomado un tono rosado de tantos besos que ha recibido y sigue recibiendo cada día.
Peregrinaciones profanas
Aunque a muchos lectores les parezca frívolo o impío… Estos lugares y personas son también ámbito de peregrinación y objeto de culto. Podríamos hablar de peregrinaciones profanas… aunque a veces resulta difusa línea de separación entre lo profano y lo sacro.
Por último, una breve reflexión sobre lo profano y lo sacro en la peregrinación a Santiago de Compostela.
No cabe duda de que toda la sociedad occidental está sufriendo a lo largo de los últimos siglos un proceso de secularización que irremediablemente afecta también al mundo de las peregrinaciones. En los últimos tiempos, la ubicación de la sede de la Xunta de Galicia en Santiago de Compostela y su creciente papel en el ámbito de lo jacobeo, con el objetivo de que el flujo santiagueño sea un eje clave de su política cultural y económica, coincide con un “achicamiento” de la presencia de lo “levítico” de esta ciudad gallega.
Marketing y tecnocracia
Como resultado, lo “Xacobeo” se nos presenta cada vez más como un producto de marketing diseñado en gabinetes políticos, dotados de sustanciosos presupuestos. Mientras tanto, se detecta una obsesión tecnocrática por definir desde la administración los itinerarios «oficiales”. Esto contribuye a esclerotizar el ámbito universal que siempre tuvo el Camino de Santiago y a vaciar la «vocación» de peregrino, para reducirla a algo distinto.
Todo puede conducir a la creciente transformación del Camino de la peregrinación en un inmenso parque temático… Un gran negocio a corto plazo; a costa de una pérdida de la esencia sagrada y cultural y el valor universal de la peregrinación a Compostela.
Capitulo anterior: Itinerancia y peregrinaciones
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