Nuestra serie sobre el mundo de la peregrinación continua esta semana con una nueva entrada (Peregrinaciones y peregrinos 5). En ella reflexionamos sobre el impulso viajero del ser humano y las principales peregrinaciones religiosas: itinerancia y peregrinaciones.

Itinerancia y peregrinaciones.

Por Tomás Alvarez.

Hay un impulso natural del ser humano por conocer y encontrar respuestas ante la realidad del mundo y su propia existencia. Ese impulso le conduce a la itinerancia.

Nuestra propia vida no deja de ser una itinerancia perpetua entre nacimiento y muerte.

Peregrinacion a la cueva de Amarnath

Itinerancia y peregrinaciones. Peregrinos subiendo por los montes nevados de Cachemira hacia la cueva de Amarnath.
* Fuente Wikimedia Commons / Pankaj Goutam .

El ser humano es en esencia dinámico. Su racionalidad le induce a la formulación constante de preguntas y a la búsqueda de respuestas, lo que le lleva también a la acción. Salvo casos especiales, como los emparedados o emparedadas de la Edad Media, la vida impulsa a los individuos en una dirección contraria al inmovilismo.

La búsqueda permanente

Erich Fromm, psicoanalista y filósofo alemán, escribió que el hombre posee una clara diferenciación con el resto de seres vivientes. Es racional, y su vida es una continua búsqueda de caminos ante una realidad que intenta modificar: Todo esto le lleva a intentar el desarrollo de sus capacidades, mejorar su situación, ampliar su poder y su conocimiento.

Para Fromm, el paraíso perdido por el ser humano es el estado de armonía con la naturaleza. Y, ante la insatisfacción de su estado, avanza en la construcción de un mundo propio. Es un eterno peregrino obligado a una marcha constante; en un intento de hallar respuestas a las lagunas de su conocimiento y a su insatisfacción.

…Y esta búsqueda, esta inquietud, se percibe entre los individuos de todo tipo de culturas.

Acostumbrados a nuestra cosmovisión cristiana, apenas reparamos en que en el resto del globo las peregrinaciones son también comunes. Las hay de muchos tipos, con variedad de motivos y divinidades; con recorridos sencillos y complejos, algunos realmente arduos de realizar.

Peregrinación y reto

En la mayoría de los casos, la peregrinación suele tener, además de la correspondiente vinculación sagrada, un componente de reto. Ha de exigir esfuerzo. Un ejemplo de esto último podría ser la famosa subida a la cueva de Amarnath.

Amarnath es un santuario hindú que se halla en la Cachemira india, a unos 4000 metros de altitud. Se trata de un espacio inhóspito cubierto de nieve gran parte del año y al que sólo se puede acceder en verano, tras el deshielo. Es también un territorio con problemas de seguridad, pues lo disputan India y Pakistán. Miles de soldados se pueden ver en torno a las zonas donde pasa este flujo viajero, a causa de la inseguridad. En el 2000 hubo un atentado con 30 muertos, y en el pasado julio de 2017 otros ocho peregrinos perdieron la vida, víctimas de la violencia terrorista.

Ubicado a unos 140 kilómetros de Srinagar, importante localidad de la región de Cachemira, cientos de miles de viajeros suben cada año por unos caminos empinados, casi impracticables, para acceder a una cueva espaciosa donde se venera una estalactita generada por la congelación del agua que se filtra por el techo de la cavidad. Los peregrinos la consideran una representación de Shiva, uno de los dioses de la “Trinidad” del hinduismo.

Tradicionalmente se accede a la zona en autobuses para hacer camino a pie los últimos tres días, por senderos llenos de piedras y polvo. Es tal el gentío (medio millón de personas en dos meses) que muchos fieles se protegen con mascarillas para respirar mejor.

Las grandes peregrinaciones a las ciudades santas

Los lugares santos son variados, desde espacios solitarios y de difícil accesibilidad como Amarnath, a grandes ciudades “santas” como Benarés, Jerusalén, La Meca o Roma.

El viaje a estos puntos es un tipo de turismo que surge vinculado al sentimiento religioso, pero que tiene también una decisiva influencia económica.

A gran parte de los peregrinos le molesta que se les identifique como turistas, pero los sectores económicos no hacen distinciones de las razones del viaje. A fin de cuentas, quienes se mueven por territorios foráneos siguen teniendo necesidades que cubrir: comidas, agua, un lecho, aunque lo que busquen los peregrinos sea el gozo de alcanzar unas indulgencias o la contemplación de unas reliquias.

La fe mueve las masas

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), entre 300 y 330 millones de “turistas” salen de su país cada año para acudir a visitar los enclaves religiosos más importantes del mundo; sumando aproximadamente 600 millones entre los viajes religiosos nacionales e internacionales.

La OMT ha mostrado su interés por este tipo de flujos por un doble motivo: su incentivo a la actividad económica y su contribución a la tolerancia, al respeto y el entendimiento entre las culturas.

Sin duda, es en el ámbito del hinduismo donde encontramos mayores movilizaciones peregrinas. La palma se la lleva el kumbhamela o kumbh mela, peregrinaje que se efectúa cuatro veces cada doce años, y que tiene lugar, por orden, en los lugares santos de Allahabad (Praiag), Hardwar, Ujjain y Nasik.

Las grandes peregrinaciones del induismo

Cada doce años se celebra el gran kumbhamela, que reúne  durante varias semanas a decenas de millones de personas. Esta cita (a la que acuden hasta 100 millones de personas, según algunas fuentes) se considera la mayor concentración humana del mundo.

Los reunidos proceden de todos los lugares y todas las capas sociales y religiosas: devotos, enfermos, eremitas desnudos, dignatarios… Llegan para orar y bañarse en el sagrado Ganges, en un acto que les liberará del pecado… y –tal vez– del mal.

Millones de peregrinos en el Kumbh Mela

Millones de peregrinos en el Kumbh Mela de 2019
* Fuente Wikimedia Commons /Michael T Balonek.

El origen de esta movilización radica en una leyenda relativa a la disputa de dioses y demonios por el cántaro con el néctar de la inmortalidad, disputa en la que cayeron unas gotas en cuatro puntos, las ciudades en las que periódicamente se celebra la fiesta multitudinaria.

El mundo del Ganges

Pero no son sólo estas las ciudades sagradas del hinduismo porque a lo largo del trayecto del Ganges existen otros famosos puntos de peregrinación, desde el nacimiento del río hasta Benarés, especialmente en los enclaves donde se produce la confluencia de las grandes corrientes tributarias.

Cabe hacer una cita especial sobre Benarés (Varanasi), ciudad santa para hinduistas, budistas y jainistas. Ya el Ramayana (siglo III a.C.) recoge que la urbe fue fundada por Shiva. Según el hinduismo, todo aquel que muera en Benarés (o a menos de sesenta kilómetros de la ciudad), queda liberado del ciclo de las reencarnaciones.

Los baños en el río Ganges se consideran purificadores. Una paradoja porque a su paso por esta ciudad el río cuenta con un importante grado de contaminación. Pero esto no detiene al viajero. Según la tradición, todo hinduista debe visitar la urbe al menos una vez en la vida.

Itinerancia y peregrinaciones por todo el orbe

Vista parcial del Castillo de Sant’Angelo o Mausoleo de Adriano, en Roma, ciudad que ha sido Meca de multitud de peregrinos durante los últimos milenios. Imagen de Guiarte.com

Todas estas creencias han convertido la población en el destino de enfermos y ancianos que quieren pasar sus últimos días en la ciudad santa, y a lo largo del Ganges se alinean numerosas residencias destinadas a albergar a los moribundos.

En la ribera del río están los gaths (escaleras), un punto de cita para las cremaciones, para la oración o los baños purificadores. Las gentes tocan las aguas, lavan en ellas la ropa, se bañan e incluso beben… aunque los estudios científicos hayan ratificado la toxicidad del líquido.

Pero en el mundo hay muchísimos más centros famosos de peregrinación. Entre los más destacados se suelen citar al santuario de la Virgen de Guadalupe, La Meca, Bodh Gaya, La Aparecida, Lourdes, Fátima, Roma y Jerusalén. Las cifras anuales que quienes visitan cualquiera de estos lugares sagrados son millonarias. Tal vez tales movimiento de masas sirvan a muchos para darle una visión más global del fenómeno de las peregrinaciones.