Continuamos con la serie de Tomás Alvarez, sobre el  mundo de la peregrinación. Hoy añadimos  una nueva entrada (Peregrinaciones y peregrinos 3), en la que nos acercamos al concepto de lo sagrado y ala peregrinación como fenómeno universal.

Peregrinaciones y peregrinos (3). Un fenómeno universal

Por Tomás Alvarez

Para entender mejor la peregrinación, en general, es bueno hacer una introducción global hurgando en el espacio y el tiempo. Descubriremos así que se trata de un fenómeno global y quizá tan profundo como la propia historia de la Humanidad.

La evolución de la sociedad no se entiende sin los viajes. Desde su origen, el ser humano se desplazó sobre la Tierra aprendiendo/difundiendo culturas, modos de explotación, formas de pensamiento y de religiosidad. Tampoco podemos imaginar la peregrinación sin acercarnos al ámbito de lo religioso.

Petroglifos en el entorno del Teleno, en la Somoza, León

Petroglifos de Somoza, ante el monte Teleno, en León, España. Símbolos de impreciso significado, tal vez vinculados a cultos, divinidades o incluso a conceptos astrales. Imagen de Juan Carlos Campos.

La religión se podría definir como el conjunto de creencias, normas y ritos propios de un grupo humano referidos a la relación de los integrantes de este con la divinidad. En cada religión hay/puede haber una teología (cuerpo doctrinal), una liturgia (ritos), unos valores (ética), una organización, además de unos sentimientos, relaciones y experiencias personales del propio individuo en relación a los seres que él considera superiores.

La esencia de la religión

…Pero la esencia de la religión varía inmensamente en función de credos y culturas. Así, en Occidente, se pone énfasis en la idea de Dios, en su unicidad y el cuerpo doctrinal; mientras, en Oriente abunda la concepción de la religión como “vía”, aun cuando la idea de la divinidad sea difusa e incluso inexistente. También varían las calidades y el número de dioses de cada panteón; a veces, incluso, no se cree siquiera en dioses sino en la presencia de otros seres o fuerzas invisibles pero poderosas.

En general, para un occidental la idea de Dios se relaciona directamente con una doctrina, una organización y un sistema de comportamiento; para algunos isleños del Pacífico, lo importante no es la teología, ni la burocracia, ni la doctrina, sino los ritos que posibilitan que los seres superiores actúen en su beneficio personal.

En las religiones no sólo hallamos seres superiores o distintos –genios, dioses, ángeles, demonios, ninfas, etc.– sino que hay también objetos, animales o enclaves geográficos vinculados a lo sagrado y con valor emocional/religioso.

Lo sagrado

Desde la más remota antigüedad el ser humano ha otorgado carácter sagrado a diversos espacios, lugares, e incluso estrellas o planetas. En distintas sociedades existen urbes, montes, colinas o ríos relacionados con la divinidad u otros seres espirituales. Benarés, ciudad “fundada” por Shiva, es una urbe sagrada para varias religiones orientales, pero también eran sagrados ríos como el Ganges, generado por el mismo dios, o montes como el Olimpo, morada de los dioses griegos… o el mismo Teleno, divinizado por los astures en la Hispania prerromana.

Catarata en el entorno del Olimpo, el paraíso de los dioses griegos

En la antigüedad, el monte Olimpo era considerado como morada de los dioses; un mundo paradisiaco, al que a veces se peregrinaba para hacer ofrendas a las divinidades. Catarata de la Roca Roja, en el entorno del Olimpo. Imagen de Luis Alvarez.

…Y hasta los animales y los alimentos adquieren cierto valor en función de las creencias. Para un hindú, la vaca es un animal reverenciado, en tanto que un musulmán considera al cerdo como animal rechazable.

En mi infancia, mis padres me inculcaron la sacralidad del pan, de modo que si veía un trozo de este tirado en el suelo lo levantaba y lo colocaba en alto, tal vez en el alfeizar de una ventana, con objeto de que nadie pisase aquel alimento; actitud debida, sin duda alguna, a la condición del pan como elemento sagrado en el culto católico.

la universalidad de lo sagrado

Hay una diferenciación neta entre lo profano y lo sagrado. Un objeto –una sartén, por ejemplo– puede ser muy útil en la vida diaria, pero no despierta en nosotros significados emocionales especiales. Una cruz, un benditero, un rosario están impregnados de significados para un creyente. Lo mismo ocurre con los ritos. El baño matinal es un acto de limpieza más o menos placentero; el baño de un hindú en las aguas del Ganges, profundamente contaminadas en ocasiones, tiene un significado de purificación y reencuentro con lo divino.

Las creencias y prácticas religiosas, la sacralidad, se hallan en todas las culturas. Las estadísticas internacionales revelan que una mayoría aplastante de los habitantes de la Tierra cree en la existencia de dioses o seres superiores y sólo una minoría exigua se declara atea.

La presencia de la religión en la vida del individuo se siente de forma más intensa en los momentos o situaciones de ansiedad, inseguridad, temor e incertidumbre; entonces, este recurre frecuentemente a las prácticas y creencias sagradas como elemento para superar el dolor, la ansiedad, el fracaso o la frustración. Pero ese estado hipersensible no sólo se produce en los momentos de dolor, sino también en los de gozo.

San Roque, con conchas,bordón y la herida en la pierna

San Roque, el santo venerado como protector ante la peste, en un retablo gótico de la catedral de Estrasburgo, con el bordón y conchas de peregrino. Le acompañan San Mauricio y San Nicolás, Imagen de Tomás Alvarez.

El rito funerario amortigua el dolor del familiar del finado quien recibe un mensaje  esperanza, el “descanse en paz”, a la vez que los afectos y solidaridad de quienes le acompañan en la ceremonia fúnebre. Algo similar sucede en la boda. Incluso cuando la ceremonia de boda es civil, se ritualiza a semejanza de los ritos eclesiásticos. El acontecimiento se rodea de la presencia de una compañía más o menos abundante; y esto permite sociabilizar y acrecentar el momento de gozo.

La marcha hacia lo sacro… y la purificación

La peregrinación es un fanómeno universal. Einsiedeln (Suiza), exvotos en el gran templo de la Abadía, a donde peregrinan cientos de miles de peregrinos cada año

La peregrinación es un fenómeno universal. Einsiedeln (Suiza), exvotos en el gran templo de la Abadía, a donde peregrinan cientos de miles de peregrinos cada año. Imagen de  Tomás Alvarez

En las peregrinaciones, el esfuerzo del creyente para acceder al centro sagrado también intensifica la sensibilidad y el sentimiento religioso, sea un viajero que acude a pie desde París a Santiago de Compostela, o un devoto budista que se acerca de rodillas hacia un templo tibetano.

La marcha hacia los lugares sagrados, no sólo tiene el incentivo de acercar al ser humano hacia los puntos o seres vinculados a lo sagrado, tiene también un sentido de purificación a través del esfuerzo, como veremos en capítulos siguientes.

Enlace al capítulo precedente: Cuerdos, iluminados, idealistas y superhombres

Capítulo siguiente: Viajeros y peregrinos