Saint Jean Pied de Port

Saint Joan Pied de Port, a la orilla del rio Nive y a los pies del mítico paso de Roncesvalles. Imagen de José Holguera (joseholguera.com)

Por Tomás Álvarez

Se denomina tradicionalmente vía Turonense a la que discurre por la ciudad de Tours en dirección a Compostela, recogiendo la peregrinación jacobea que fluye por el oeste de Francia. Hermann Künig la recorre en la segunda parte de su guía: la Niederstrasse

En el Código Calixtino se da una definición de la Vía Turonense: va por “San Martín de Tours, San Hilario de Poitiers, San Juan d’Angély, San Eutropio de Saintes y Burdeos”.

Después pasar las Landas, se une con el itinerario de las vías Podiense y Lemovicense en Ostabat, para pasar el Port de Cize. Más adelante, “en Puente la Reina se unen al camino que atraviesa el Somport y desde allí forman un solo camino hasta Santiago”, dice el Código Calixtino.

Se trata de un trayecto amable, en el que no hay grandes desniveles sino llanuras sembradas de cereales, praderas, zonas cubiertas de viñas o bosques, además de ciudades de interés histórico y artístico.

Hermann Künig y la vía Turonense

Aunque en el Calixtino sólo se pone como entrada a la Península Ibérica la ruta de Roncesvalles, la realidad es que en determinadas épocas fue sumamente habitual la entrada por la vía de Bayona.

En la guía jacobea de Hermann Künig, el viajero utiliza la entrada de Bayona para enlazar con la vía Turonense, en su viaje de regreso a Renania del Norte.

La guía de Künig von Vach describe dos itinerarios esenciales para conocer las rutas jacobeas centroeuropeas. El primero es la Oberstrasse, Vía Alta o Camino Alto. Este canalizaba el flujo que desde Suabia, Baviera, sur de Polonia, Austria y Bohemia se reunía en Einsiedeln. Desde allí avanzaba por Friburgo y Ginebra hacia Valence y Nimes. Luego, seguía por Montpellier, Carcasona y Toulouse para entrar a la Península Ibérica por Roncesvalles.

Aquisgrán, punto de destino de la Vía Baja de Künig. Imagen de Guiarte.com

Aquisgrán, destino de la Niederstrasse o Via Baja de Künig. Imagen de Guiarte.com

El otro itinerario de su libro, el del retorno hacia Aquisgrán se denomina Niederstrasse, Vía Baja o Camino Bajo, y este es el que engloba la totalidad de la via Turonense.

La Niederstrasse marca el camino que recorrían los peregrinos de los territorios del Báltico y Escandinavia; del norte de Alemania y Polonia, quienes confluían, todos ellos, en el nudo de Aquisgrán – Colonia. A partir de aquí avanzaban hacia el sur, recogiendo el flujo de los Países Bajos, Bélgica y el norte de Francia, siguiendo la vía Turonense, en dirección a Compostela.

También se unían a la Turonense aquellos viajeros de desde Escandinavia, Irlanda o la Gran Bretaña, llegaban a puertos de la costa atlántica francesa, como Dieppe, Caen, la Rochelle, Blaye o Burdeos.

Otros viajeros se incorporaban en Tours procedentes de Alsacia, la Lorena y el centro-oeste alemán, tal como explica Hermann Künig en su relato de la Niederstrasse.

Desde la tour de Saint Jacques

Tradicionalmente se describe como punto de arranque de la Turonense la ciudad más admirada por Hermann Künig: París. Allí los peregrinos se juntaban en la iglesia de Saint Jacques de la Boucherie, para iniciar juntos el viaje. De este templo sólo queda la torre, la tour Saint Jacques, altivo campanario de gótico florido, que resistió los embates de la Revolución Francesa.

Desde París, algunos jacobitas marchaban en dirección a Chartres, para ver su catedral, llena de arte y reliquias; otros avanzaban hacia Orleans.

Tanto los primeros como los segundos se juntarían en Tours, desde donde proseguirían hacia Poitiers, Saintes, Burdeos, para alcanzar la Península Ibérica pasando por el Port de Cize o Bayona.

Reliquias y tesoros

La Turonense es una de las vías francesas de peregrinación incluída en 1998 en el listado del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de un camino de arte y grandes reliquias. Si en París estaba la Sainte Chapelle con la Corona de Espinas, en Chartres se guardaba la túnica de la Virgen; en Tours, el glorioso cuerpo de San Martín; en Poitiers, San Hilario, y en Saintes, San Eutropio.

Place Plumereau Tours

La popular plaza Plumereau, con sus bellos edificios de estructura de madera, en la ciudad de Tours. Imagen de tours-tourisme

No faltan otros puntos ligados a la historia y la leyenda, como Blaye,  unido a la vida del héroe Roldan. Guillaume Manier cuenta en su viaje a Compostela que Roldan era de Blaye, y allí estaba la espada y el cuerno que portaba en el momento de su muerte. Otro punto famoso era Sainte-Catherine-de-Fierbois, en cuya iglesia encontró Juana de Arco la espada de Carlos Martel…

Aunque para famoso, Burdeos. En Burdeos se hallaba un tesoro milenario bienamado por los peregrinos: el vino; aparte de otro centro famosísimo en la Edad Media, la basílica de San Severino, donde estaba enterrado este obispo bordelés, junto a San Amador.