Por Tomás Alvarez
Tours y san Martín, obispo de la ciudad en el siglo IV, son dos claves de la peregrinación jacobea francesa, desde la lejana Edad Media.
La urbe también figura en la guía de Künig. El monje alemán la cita en el camino de regreso a Alemania, que él denomina Niederstrasse, y recuerda que en ella está enterrado el “señor San Martín”.
Este santo, nacido en Hungría en el siglo IV, fue obispo de Tours, donde recibió sepultura. Su tumba se convirtió en uno de los grandes centros de peregrinación de la antigüedad.
La Vía Turonense
Esa importancia de Tours como centro religioso hizo que la ruta jacobea que la cruza recibiera el nombre de Vía Turonense
Indica Künig que los peregrinos que retornan de Compostela pueden llegar desde Tours al “país alemán” tomando una ruta hacia la derecha, que conduce a la Lorena.
Hoy Tours es para el viajero mucho más que la ciudad de san Martín; es también un lugar valorado por el turismo como punto de partida para conocer la cuenca del Loira y visitar destacados castillos vinculados a la realeza gala.
La población está en medio del territorio definido como Patrimonio Mundial de la UNESCO, desde el año 2000, con el nombre de Valle del Loira entre Sully-sur-Loire y Chalonnes.
La place Plumereau
En la zona antigua de la población hay ámbitos atractivos como la plaza Plumereau, con sus antiguos edificios de entramados de madera.
Al anochecer, y en época de clima bonancible, esta plaza es un lugar mágico, en el que destaca el bullicio de las terrazas rodeadas por edificios del pasado, realzados por la iluminación.
Cerca, hay otras construcciones de interés, entre ellas los escasos restos del gran templo de San Martín, centro de peregrinación medieval al que concurrieron reyes y papas.
El antiguo Tours
Tours es una ciudad de origen galorromano, íntimamente ligada a grandes personajes de la religión, como san Gatien, evangelizador de las Galias y primer obispo de la ciudad; el ya citado san Martín; Gregorio de Tours, y Alcuino de York.
La veneración hacia San Martín fue clave en el engrandecimiento de la urbe y su basílica fue un espectacular edificio románico que padeció en las Guerras de Religión y acabó transformado en establo durante la Revolución Francesa.
Finalmente se demolió casi todo el conjunto por su estado ruinoso.
En la parte vieja de de la urbe subsisten dos torres del antiguo complejo basilical que recuerdan el poderío del gran centro. A su lado, la cercana colegiata, neobizantina, no ocupa sino una pequeña parte del antiguo centro religioso cuyos cinco torreones dominaban antaño el casco urbano.
La catedral de san Gatien
De la antigüedad, lo más notable de Tours es la catedral de San Gatien, de factura gótica, en la que destacan las esbeltas torres de gótico florido.
La catedral se halla cercana al castillo y al puente del Loira, en la vía por la que llegaban los peregrinos desde París, el norte de Francia y Flandes, entre otros puntos de Europa.
En el interior de la catedral se puede ver un conjunto de vidrieras de notable valor por su antigüedad y factura técnica.
Aunque no es de los edificios góticos más famosos de Francia, la catedral resulta realmente interesante para el amante del arte.
Tours ha crecido en tiempos modernos, como centro económico, turístico y comercial. En la actualidad su conurbación cuenta con medio millón de habitantes.
[…] del Sacro Imperio; con Colonia, donde se veneraba la tumba de los Reyes Magos, y con el propio Tours, a donde peregrinaban hasta los mismos reyes franceses para orar ente la tumba del santo […]