En muchas poblaciones de los caminos a Compostela se alzan monasterios y templos dedicados a San Martín de Tours… Y es que este santo está muy ligado a las peregrinaciones.

Por Tomás Alvarez

Nacido en Hungría en el siglo IV, san Martín fue obispo de Tours, donde recibió sepultura. Su tumba se convirtió a partir del siglo V en uno de los grandes lugares de peregrinación de Europa.

Es sabido que los peregrinos en la antigüedad no solían viajar solos por la peligrosidad del propio viaje; preferían reunirse en los grandes centros devocionales, para emprender en grupo el viaje a otros centros lejanos. Así ocurría con los viajeros centroeuropeos que acudían a Einsiedeln, el mayor santuario mariano del Sacro Imperio; con Colonia, donde se veneraba la tumba de los Reyes Magos, y con el propio Tours, a donde peregrinaban hasta los mismos reyes franceses para orar ente la tumba del santo obispo.

San Martín deTours corta su capa para socorrer a un peregrino

San Martín de Tours corta su capa para entregarla a un peregrino necesitado. Detalle de una tabla gótica de la ermita de San Martín de Riglos (Huesca); ahora en el Museo Nacional de Arte de Cataluña .
* Fuente Commons/Wikimedia/

San Martín de Tours y la vía Turonense

En el Códice Calixtino se afirma que uno de los caminos que desde Francia se dirigen a España es el que pasa por San Martín de Tours, San Hilario de Poitiers, San Juan d’Angély, San Eutropio de Saintes y Burdeos. La fama e importancia  de la “ciudad de san Martín y las reliquias de santo” fue tal que este tramo se conoció históricamente como Vía Turonense. La ruta es parte de la Niederstrasse que describió Hermann Künig.

En el capítulo VIII del Libro V del Códice, relativo a los cuerpos de los santos, dice que el del venerable obispo de Tours era uno de los cuatro que no podían ser movidos de su sarcófago. Los otros tres eran los de Santiago el Mayor, San Leonardo de Limoges y San Gil. “Es fama que Felipe rey de los galos, intentó en otro tiempo trasladar sus cuerpos, pero no lo consiguió”, se afirma en dicho texto.

El Códice, recomienda que el peregrino visite las reliquias del santo; le considera incluso como un magnífico resucitador de muertos. «Se cuenta que devolvió la deseada salud a leprosos y energúmenos, a locos, a lunáticos y demoníacos, y a los demás enfermos. Y su sarcófago, en el que, junto a la ciudad de Tours, reposan sus sacratísimos restos, fulge con mucho oro y plata y con piedras preciosas, y brilla con frecuentes milagros. Y sobre él se levanta, admirablemente fabricada en su honor, una ingente y venerable iglesia; semejante a la de Santiago. A ella van los enfermos y se curan, los endemoniados quedan libres, los ciegos ven, los paralíticos se yerguen y toda clase de enfermedades sana. A toda petición presta conveniente y radical ayuda; por lo cual su gloriosa fama es difundida en todas partes con dignas alabanzas, para gloria de Cristo”.

El amado señor San Martín

Precisamente, Hermann Künig, destaca en su guía la belleza de la antigua basílica dedicada en Tours al «amado señor San Martín«. Además, ruega al peregrino que entre al templo «con recogimiento«.

Aquel grandioso templo medieval sufrió grandes incendios y destrucciones en las Guerras de Religión y por la Revolución Francesa. En esta última época, el edificio fue transformado en establo. Acabó hundiéndose. La basilica actual, neorrománica, se erigió en el tramo final del siglo XIX.

La veneración al santo se extendió notablemente; impulsada por los propios peregrinos que procedían del entorno occidental francés. En la actualidad aún perduran iglesias o ermitas dedicadas a él en lugares como Pamplona, Viana, Frómista, Mansilla de las Mulas, León, San Martín del Camino, Benavides, Rabanal, Melide y, sobre todo, Santiago de Compostela.

Iglesia de San Martín, en Frómista (Palencia)

La pequeña iglesia de San Martín, en Frómista, Palencia, es una de las primeras obras románicas hispanas, resto de un antiguo monasterio dedicado a San Martín de Tours. Imagen de Guiarte.com

En la capital compostelana, el segundo edificio más imponente es el monasterio de San Martin Pinario. Se halla frente a la portada norte de la catedral; un centro surgido en el final del siglo X, tras la devastadora invasión de las tropas de Almanzor.

Una iconografía muy popular

Pero aparte de las iglesias y monasterios bajo el patronazgo del Santo de Tours, la imagen de este se halla en multitud de templos más. A los cristianos y los amantes del arte les resulta muy conocida la imagen del Santo, a caballo, partiendo su capa para entregar una mitad a un mendicante.

Se cuenta que Martín aún era soldado romano cuando entregó la mitad de su capa al necesitado. Poco más tarde se bautizaría y abandonaría el ejército para dedicarse a la predicación. Esta historia se hizo famosa por todo el orbe cristiano. La devoción a este soldado caritativo se extendió por todo el continente europeo; muy especialmente por las rutas surcadas por viajeros galos.

San Martín de Tours cortando su capa. (Imagen íntegra del cuadro del Museo Nacional de Arte de Cataluña citado al inicio del articulo).

Hay cierto paralelismo en la iconografía de San Martín y Santiago el Mayor, ya que ambos se han representado multitud de veces como soldados a caballo. Y aunque san Martín no pudo conocer el mundo de la peregrinación santiagueña, incluso hay imágenes en las que el receptor de la capa es un peregrino, con su concha, como en la que aparece en este mismo artículo, tabla gótica del siglo XV, que perteneció a la ermita de San Martín de Riglos, en Aragón, España .