Una de las ciudades importantes vinculadas al Camino de Santiago en Alemania es Lübeck -Lubeca el español- poderosa ciudad comercial, conocida antaño como «la perla de la Hansa».
Por Tomás Alvarez
En la actualidad, Lübeck, cuenta con algo más de 200.000 habitantes. Es la segunda población mayor de Estado alemán de Schleswig-Holstein, lindante con Dinamarca. La ciudad se halla a unos 20 Kilómetros de la costa del Báltico, no lejos de Hamburgo. Desde 1987 su centro urbano está calificado como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La puerta de Holstentor es el autentico icono de Lübeck, la ciudad conocida como la perla de la Hansa. Se halla en el oeste del antiguo recinto urbano
* Fuente Commons/Wikimedia/ Cristian Wolf.
La antigua ciudad, tiene una forma oval y está rodeada por brazos fluviales del Trave y el Wakwnitz. Es, realmente, una isla fluvial. Hasta ella llegaban las embarcaciones en la antigüedad, lo que le aseguró un inmenso desarrollo comercial.
La perla de la Hansa
Fue ciudad imperial y libre. Para protegerse de piratas y enemigos, se alió con otras urbes costeras del norte de Europa en la Liga Hanseática; autentica potencia económica continental de primer orden, durante la Edad Media y el Renacimiento.
La ciudad destacó por su actividad comercial y belleza y ha sido considerada como «la perla de la Hansa». Tambien se la conoce como la ciudad de las siete torres, por las airosas atalayas que emergen del conjunto urbano.
La puerta de Holstentor en el autentico icono de Lübeck. Se halla en el oeste del viejo recinto urbano. Consta de sendas torres coronadas por chapiteles cónicos, con una parte central rematada por un hastial escalonado. Sobre la puerta de paso, un lema: Concordia domi foris pax: Concordia en el interior, paz exterior.
La otra gran puerta medieval que pervive es la imponente Burgtor, al norte de la urbe. También es gótica, de ladrillo, con obra que va desde el siglo XIII a los tiempos del barroco.
Santiago, patrono de la Liga Hanseática
La vinculación de la ciudad con el apóstol Santiago y con el flujo peregrino hacia Compostela deriva precisamente de su entidad Hanseática. La ciudad fue el centro de la Federación, y el Apóstol Santiago, el patrono religioso de la misma.
El nombre de Lübeck deriva de la existencia de un poblado eslavo que en el siglo VIII recibía el nombre de Liubice. Junto a aquella pequeña población se crearía una nueva, en 1143 por el conde Adolfo II de Holstein, a la que se dotó de un puerto.
En los años posteriores, el puerto se convertiría en un elemento de riqueza y desarrollo, y Lübeck fue punto de partida para la expansión germánica por el Báltico, una expansión fraguada en la actividad comercial y en el poderío de la Orden Teutónica.
Lübeck llegaría a ser en el siglo XIV la primera ciudad comercial del Báltico. Un tiempo de gloria que acabaría con la Guerra de los Treinta Años, que dejó debilitado tanto al Imperio como a la Hansa.
Peregrinos por la ciudad
La influencia de Lübeck alcanzaba todo el ámbito del Báltico. A esta gran ciudad hanseática llegaban a pie viajeros que descendían del norte por los caminos de Jutlandia, o que procedían de la costa oriental, por Rostock. A ellos se añadía la “marea” de peregrinos de Escandinavia y del Báltico oriental llegados directamente por vía marítima a Lübeck; quienes desde allí continuaban su viaje hacia el sur, tanto por tierra como por mar.
Por tierra, la ruta tradicional avanzaba por Hamburgo, Bremen y Münster para alcanzar Colonia y Aquisgrán, desde donde se proseguía utilizando la famosa Niederstrasse, que Hermann Künig definió en su guía de la peregrinación. Previsiblemente, fue esta la vía que siguió Santa Brígida de Suecia en su avance hacia Colonia.
También era habitual la vía marítima, porque desde el Báltico se alcanzaban regularmente los puertos portugueses y españoles. El propio Jerónimo Münzer describe en el siglo XV la activa presencia de barcos alemanes en la Península Ibérica, y en especial en Alicante, que era un gran centro comercial de la exportación vinícola hacia el norte de Europa, y en la populosa Lisboa…
Devoción hacia Santiago el Mayor
La devoción a Santiago el Mayor era habitual en Lübeck, especialmente entre la burguesía mercantil. En el libro de Klaus Herbers y Robert Plotz “Caminaron a Santiago” se cita como ejemplo de esa relación con Compostela, que entre el año 1305 y el 1363, en las disposiciones testamentarias hechas en Lübeck por los burgueses de la ciudad se ordenaron 23 viajes a Santiago.

La rica ciudad de Lübeck, la perla de la Hansa, también contó desde la Edad Media con su Iglesia dedicada al apóstol Santiago el Mayor, la Jakobikirche. Vista del templo desde la Königstrasse.
* Fuente Commons/Wikimedia/ Martin Lemke
En el propio siglo XIII, época de expansión de la ciudad, se edificó la iglesia dedicada a Santiago, la Jakobikirche. El edificio se halla en la vía central del casco antiguo, a algo más de trescientos metros de la puerta Burgtor. El templo primitivo sufrió un incendio y luego se reedificó en 1334. Es una poderosa construcción gótica de ladrillo rojo.
Junto a la iglesia de Santiago, los burgueses de la urbe construyeron otro edificio emblemático de Lübeck: el hospital del Espíritu Santo, Heiligen-Geist-Hospital, dedicado a enfermos, pobres y los sin techo, que contó desde el inicio con más de cien lechos para atender las necesidades. Fue una iniciativa pionera en la Alemania de aquella época.
La ciudad, bajo la Reforma
La ciudad quedó en ámbito de la Reforma muy pronto. A partir de 1530, ninguna de sus iglesias permaneció ligada al culto católico, hasta siglos más tarde.
Pese a la destrucción padecida durante la Segunda Guerra Mundial, Lübeck conserva en su casco antiguo abundantes casas de la rica burguesía; iglesias, especialmente góticas, además de las magníficas puertas fortificadas de Burgtor y Holstentor; esta última, el autentico emblema de la urbe.
Construida especialmente en ladrillo –rojo y negro- esta ciudad se caracteriza por su perfil urbano, en el que destacan siete torres. Las más airosas son las de la Iglesia gótica de Santa María, Marienkirche. Se trata del edificio religioso más alto del centro histórico; impulsado por los comerciantes de la ciudad. Se empezó en el año 1250 y las altivas torres -de 125 metros de altura- se acabaron en 1350.
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