La fama de Compostela también llegó al extremo norte europeo. Desde la Edad Media hubo peregrinos de Islandia que acudieron a venerar las reliquias de Santiago Apóstol. Entre ellos, Hrafn Sveinbjarnarson (siglo XII) y Bjorn Einnarsson (siglo XV).

Por Tomás Alvarez

Juan Caamaño Aramburu, autor del libro Peregrinaciones por mar a Compostela, recientemente publicado, nos habla de los periplos desde el lejano norte europeo, y cita especialmente a estos dos viajeros.

Aunque parece que los activos monjes irlandeses llegaron ya a Islandia, en el siglo VII; sólo a partir del final del siglo X se registra la presencia permanente del cristianismo en la isla; merced a los designios del rey noruego Olaf I, quien impulsó esta religión en los países que dominó.

Islandia. Mapa de Abraham Ortelius, siglo XVI


Compostela tambien tuvo desde la Edad Media peregrinos de Islandia. Mapa de la isla; del cartógrafo Abraham Ortelius; hacia 1590.
* Fuente Commons/Wikimedia/http://www.antiquemaps.no.

Los peregrinos de Islandia

La población medieval isleña siempre fue escasa, pero se sabe de la existenia de peregrinos. La senda habitual de la peregrinación exigía un primer tramo marítimo, hasta la costa noruega: los navíos islandeses solian dirigirse hacia Bergen, principal centro político y naval del país durante la Edad Media. Desde Allí, bordeando la costa occidental de la península escandinava, las embarcaciones alcanzaban Dinamarca y los puertos hanseáticos.

El viaje hacia el sur podía proseguir por vía marítima o bien terrestre. Si el viajero deseaba llegar a Compostela, podía dirigirse hacia la región de Colonia/Aquisgrán; para seguir por la Niederstrasse descrita por Künig, a través de Flandes, Francia y España. En cambio, si lo que pretendía era acceder hacia Italia, podía tomar dos rutas. Una de ellas por el valle del Rin para dirigirse hacia la Vía Francígena, penetrando en la península italiana por el Gran San Bernardo. Otros viajeros –especialmente, los que deseaban llegar a Venecia, para alcanzar Jerusalén- hacían una ruta más oriental, pasando por Ulm, y Trento.

Hrafn Sveinbjarnarson

El primer relato que cita Caamaño es el de Hrafn Sveinbjarnarson médico y caudillo que viajó por mar a Inglaterra, donde visitó Canterbury, y Santiago de Compostela; donde oró ante los restos del Apóstol. Aquel viaje –en el inicio del siglo XIII- alcanzó Roma.

En el curso del trayecto hacia Compostela, Hrafn Sveinbjarnarson tuvo un enfrentamiento con un caudillo rival, al que perdonó la vida porque no estaba en una expedición guerrera, sino en un viaje devocional. Ello no fue óbice para que años más tarde el propio Sveinbjarnarson muriera decapitado a manos de sus rivales.

Björn Einarsson

Otro itinerario notable fue el de Björn Einarsson. Este nació hacia 1350 en el noroeste de Islandia y realizó diversos viajes a Roma y Tierra Santa.

A los 20 años se casó con Solveig, una mujer de gran carácter que le acompañó en sus periplos, el primero de ellos a Roma, a donde marchó acompañado por el obispo de Skálhot. El segundo de sus viajes, en 1385, fue aún mas famoso. En él, desde Noruega, fue desviado por los temporales hacia la costa de Groenlandia, donde permaneció dos años.

En 1388 marchó a otro viaje, del que no retornó hasta dos años más tarde; y en 1406 peregrinó de nuevo, acompañado de su esposa. En esta ocasión, llegó a Roma y Jerusalén. Desde Islandia el navío avanzó hasta Bergen (Noruega); continuando hacia Dinamarca, desde donde Björn y su esposa viajaron por tierra hacia Roma, a pie.

A la vuelta del viaje a Jerusalén, en Venecia, la pareja separó sus rutas. La mujer continuo hacia Noruega, y Björn se dirigió al oeste para visitar Compostela. Estuvo en Galicia medio mes, por hallarse indispuesto, y luego continuó por vía marítima hacia Inglaterra, para visitar Canterbury. Finalmente, tras una escala en Flandes, avanzó hacia Noruega para, finalmente, alcanzar Islandia en el año 1411. Allí falleció cuatro años más tarde.

El fin del peregrinaje

El peregrinaje islandés se cortó en los inicios del siglo XVI, cuando Cristian III, rey de Dinamarca –a cuya corona pertenecía entonces Islandia- impuso por la fuerza el luteranismo. La decisión real fue tomada en el año 1537. Los obispos islandeses intentaron resistir, pero el más persistente, el intelectual y poeta Jón Arason, fue ejecutado por las fuerzas reales, en 1550.

En la actualidad se contabilizan cada año cifras muy pequeñas de peregrinos de Islandia, país donde la religión del Estado sigue siendo la luterana, aunque un 4 por ciento de la población de la isla es católica.