Una meseta elevada de fácil defensa, abrazada por los valles de los ríos Boivre y Clain, favoreció le pervivencia de una ciudad clave del centro del actual territorio francés; una ciudad que también entroncó con los caminos de la peregrinación a Santiago: Poitiers.
Por Tomás Alvarez
Cuajada de monumentos de gran valor, Poitiers es una de las ciudades francesas del Camino de Santiago; poseedora de una rica historia y un buen muestrario de edificios románicos.
Desde la antigüedad, Poitiers ha sido una plaza de notable importancia. Se halla en la Niederstrasse o Vía Baja, definida por Hermann Künig von Vach, en la primera guía escrita para los peregrinos, en el siglo XV; situada a medio camino entre Aquitania y el corazón del valle del Loira.
Construida en un altiplano, ya fue una población estratégica en el periodo celta. Los romanos la engrandecieron y protegieron con sólidas defensas. En aquel tiempo, fue evangelizada por San Hilario de Poitiers, obispo, escritor y maestro de San Martín de Tours.
El románico de Poitiers
La pronta conversión de la ciudad al cristianismo se refleja en el entramado urbano. En ella aún pervive el Baptisterio de época romana. Es el edificio cristiano más viejo de Francia; ubicado al lado de la catedral. En su pila bautismal se bautizaron los habitantes del lugar, por inmersión, hasta el siglo XVII.
De sus edificios románicos, cabría destacar a la iglesia de Notre-Dame-la-Grande; del siglo XI. Su fachada es lo más bello e icónico de la ciudad; una obra maestra que semeja un arco triunfal romano. De tonos blanquecinos, cuenta con tres arcadas en la base; sobre ellas se alzan otros dos niveles; coronado el conjunto con un frontón enmarcado por sendas torrecilla circulares.
San Hilario el Grande
Menos espectacular, visto desde el exterior, es el templo de Saint-Hilare-le-Grand. Está construido sobre una necrópolis romana, en la que san Hilario erigió el primer oratorio. Es una obra muy notable, del siglo X al XIII, con reformas posteriores, entre ellas una muy amplia del XIX.
Todas estas reformas han acabado reduciendo el tamaño del inmenso templo original. El interior es extraño, con un desnivel notable la zona del presbiterio, un plano complejo; abundante en columnatas y un sorprendente crucero elevado y luminoso. En el exterior destaca la cabecera, con su conjunto absidial.
Otro edificio románico es la iglesia de Santa Radegunda. Esta iglesia fue fundada en el siglo VI, aunque con la advocación de Santa María de Extramuros, Sainte-Marie-hors-les-murs.
Santa Radegunda y la peregrinación.
Precisamente, la iglesia pertenecía al convento fundado por santa Radegunda (Radegonde). Esta había sido esposa del rey Clotario I y gozó de gran fama en vida. Las leyendas en torno a su vida hicieron que sus reliquias fueran uno de los grandes focos de peregrinación francos en la Edad Media. La obra de la iglesia actual es del siglo XI.
La catedral está dedicada a los santos Pedro y Pablo; se halla al pie del promontorio sobre el que se ubica la vieja ciudad. Es de estilo gótico; básicamente del XIII. Sus dos torres de portada dominan la imagen de la ciudad urbe.
Poitiers, tiene unos cien mil habitantes, y es el centro de una tierra de gran historia. Es capital del departamento de Vienne. Conserva un aire tranquilo de ciudad antigua, a la que le faltan sus grandes murallas construidas en tiempos de Leonor de Aquitania; murallas que fueron derribadas en época moderna, para posibilitar un desarrollo que apenas llegó.
Cabe señalar que Leonor de Aquitania nació en Poitiers, precisamente. Fue una mujer excepcional, reina de Francia y de Inglaterra, por sus matrimonios con Luis VII y Enrique II. Esta mítica mujer fue hija de Guillermo X de Aquitania, magnate de la casa de Poitiers, que falleció durante su peregrinación a Compostela; en la misma catedral, mientras oía los oficios del Viernes Santo de 1137.
Adormecida, desde el fin del medievo
La urbe parece adormecida prácticamente desde el siglo XV. Aquella fue una época intensa; enrarecida por la Guerra de los Cien Años. Entonces fue sede del Parlamento Real, y de una activa universidad. En el pasado, también había sido testigo de grandes acontecimientos históricos. En sus proximidades, Clodoveo I venció al visigodo Alarico, en el año 505, quien pereció en el combate. También en Poitiers, en el 732, tuvo lugar la batalla en la que Carlos Martel detuvo el avance de las tropas árabes.
Un santo vinculado a España y al Camino de Santiago es también de esta tierra: San Lesmes (Adelme). Es el patrono de Burgos. Procede precisamente de Loudun, uno de los lugares del entorno de Poitiers.
De familia noble, Lesmes vendió sus bienes y se hizo monje. Posteriormente, fue llamado por Constanza de Borgoña, esposa de Alfonso VI de León. El objetivo de su presencia era el de trabajar en la sustitución de la liturgia mozárabe por la romana en los territorios del Reino. Afincado en Burgos, tuvo una activa dedicación a la protección del peregrinaje.
Entre las crónicas de peregrinos que pasaron por el lugar figura la de Guillaume Manier. Este joven de Picardía destacó en su crónica la abundancia de reliquias en la catedral de San Pedro. También afirmó que en la iglesia de Saint-Hilaire había una habitación donde se hallaba el tronco de un árbol que denominaban como “el lecho de Saint-Hilaire”. Sobre este tronco dejaban a los locos, descansando, mientras se rezaban unas oraciones y se decía una misa¡. Con ello -afirmaba el peregrino- se cree que aquellos recuperan el sentido común.
La ciudad, fiel a su pasado jacobeo, tiene su asociación que mantiene vivo el legado santiagueño: Amis des Chemins de Compostelle en Vienne
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