Por Tomás Álvarez

Con algo más de mil habitantes, Salvatierra de Bearne, Sauveterre-de-Béarn en francés, es una población con notable encanto y una historia ligada a la peregrinación.

Protegida por sus murallas, castillo y puente fortificado, la ciudad fue un lugar de notable importancia en el pasado. Ocupa un pequeño otero a la vera del gave (torrente) de Oloron, en el sur de Francia, departamento de Pirineos Atlánticos. El lugar se halla a medio camino de Pau y Bayona, a unos 15 kilómetros de la autopista que une ambas ciudades.

Puente de la Leyenda sobre el Gave de Oloron

Romántica imagen de los restos del Puente de la Leyenda, en Salvatierra de Bearne, sobre la corriente del gave de Oloron. Imagen de F Robillard/ Tourisme du Béarn des Gaves.

El monje alemán Hermann Künig von Vach pasó por esta población en el transcurso de su viaje a Compostela, en el tramo final del siglo XV; venía procedente de Orthez, ciudad cercana que entonces tenía dos hospitales de peregrinos, así como un viejo puente sobre el gave de Pau, también con torre fortificada en medio.

Salvatierra de Bearne, ciudad fronteriza

Salvatierra de Bearne era ciudad fronteriza. El monje, autor de la primera guía de la peregrinación a Compostela escrita en la Edad Moderna, advertía al lector que allí debía pagar un peaje en florines. Tambien señalaba que una vez superada la ciudad el viajero tendría que utilizar otra divisa: el cornado o coronado.

El peaje se pagaba en el cruce del puente fortificado de la Leyenda, obra medieval sobre un brazo del gave de Oloron que aún constituye un icono de esta ciudad. El puente, en la vía hacia Navarra, conserva su torre del medio, aunque quedó parcialmente destruido por una riada en el siglo XVIII.

Salvatierra era la última villa de Bearne y jugó un importante papel en la historia medieval, como bastión defensivo bearnés, frente a Navarra y Gascuña.

También fue siempre una población de gran interés para los peregrinos a Santiago. Por allí pasaban viajeros que procedían de Alemania, Italia y gran parte de Francia, tal como testimonian destacados relatos. Entre los más notables están los del propio Hermann Künig von Vach y del clérigo Boloñés Domenico Laffi, quien tuvo una dura experiencia en Orthez, pero halló una estancia más amable en Salvatierra, tal como escribió en su  famoso relato Viaggio in Ponente a San Giacomo di Galitia e Finisterre.

El caracter de lugar de paso de los peregrinos a Compostela se ratifica con otro documento medieval importantísimo el Itinerario de Brujas. Este documento fue realizado al final del siglo XIV, recopilando rutas de Europa, norte de África y del cercano Oriente. La ruta 24 es precisamente la que conduce desde Aviñón a Ostabat. Discurre por Nimes, Carcasona, Toulouse y Salvatierra de Bearne. En este camino, coincidirián quienes avanzan desde Centroeuropa o Italia por el valle del Ródano, así como los de las vía que provienen de Puy en Velay y Vézelay. Es precisamente el camino que recorrió Hermann Künig, desde Nimes para avanzar hacia Saint Jean Pied de Port.

La riqueza Monumental

Como en gran parte de Francia, la riqueza económica y monumental del lugar quedó dañada en los conflictos de Religión.

Hoy, pese al paso de los tiempos y las guerras, el lugar sigue teniendo gran atractivo tanto por la belleza de su enclave como por los vestigios del pasado.

Iglesia de San Andrés, en Salvatierra de Bearne

La poderosa imagen del templo de San Andrés, originario del siglo XII, en Salvatierra de Bearne. Fotografía de F Robillard/ Tourisme du Béarn des Gaves.

El Puente de la Leyenda es originario del siglo XIII. Era uno de los tres que hubo antaño en torno a la ciudad; a su lado había un hospital para peregrinos. El nombre de la Leyenda deriva de una historia medieval – del siglo XII- en la que una vizcondesa fue sometida al Juicio de Dios, arrojada, atada de pies y manos, a la corriente del gave, acusada de causar la muerte a su hijo. La historia tuvo final feliz porque aquella pudo salir del agua.

La magnífica iglesia del lugar, de tres naves, está dedicada a San Andrés. Es originaria del siglo XII. En el edificio se aúnan las formas románicas y góticas. Su aspecto de fortaleza se suaviza con la hermosa serie de ventanas geminadas de su gran torre cuadrada, de 27 metros de altura.

Entre los elementos artísticos, el Cristo en majestad del tímpano de la portada, rodeado por los evangelistas; y entre los aspectos curiosos del templo, la puerta reservada a los cagots, el grupo social más humilde de la población en el Medioevo.

Salvatierra de Bearne

La monumentalidad de Salvatierra de Bearne, en esta imagen, en la que aparece el Puente de la Leyenda, la Torre Monréal, y al fondo el templo de San Andrés Imagen de F Robillard/ Tourisme du Béarn des Gaves.

Una ciudad bien fortificada

La ciudad estaba fortificada y aún subsiste parte de su recinto murado, del entorno del siglo XIII. A su imagen de bastión defensivo contribuye también la Torre Monréal que se asoma al borde del gave de Oloron, en las proximidades de la Iglesia de San Andrés y del puente de la Leyenda. Es de base rectangular y originaria del siglo XII. Desde su cima se puede gozar de una excelente vista sobre la ciudad y el entorno, con la isla de Glére

Para conocer más sobre la zona: Office de tourisme du Béarn des Gaves. 2 place des Casernes 64190 Navarrenx. Enlace a la página de turismo de la comarca.