Por Miguel A. Moreno Gallo

Entre las variantes que propone Hermann Künig en su Niederstrasse, figura el itinerario de Burgos a Bayona por el Vitoria y el Puerto de San Adrián. En este caso, mostraremos el recorrido entre la capital Burgalesa y Briviesca.

El monje alemán llegó a la Península Ibérica por el camino de Einsiedeln, Valence, Nimes, Toulouse y San Jean Pied de Port; continuó por el Camino Francés desde Roncesvalles a Compostela; si bien realizó dos variantes: la del Camino de Santa Marina, entre León y Ponferrada; y la de Lugo, entre Villafranca y Melide.

A la vuelta, el itinerario retornará por el Camino Francés, para alcanzar Bayona, aunque señala que hay dos caminos para llegar a esta ciudad francesa: uno desde Burgos y el otro desde el entorno de Pamplona.

Bayoma em la Niederstrasse

El paso por Bayona, un punto importante de la Niederstrasse descrita por Hermann Künig. Composición de elcaminodekunnig.com

De Burgos a Bayona

En estos tiempos de aviones, trenes y carreteras, es difícil ver peregrinos que hagan a pie el camino de vuelta a sus lugares de origen. Sin embargo, durante siglos y siglos aquellos que hacían la ruta jacobea se veían obligados a tomar la senda al revés si querían volver a casa; salvo aquellos que aprovechaban la ocasión para quedarse.

Un ejemplo de estos peregrinos que nunca regresaron fue Adelelmus, un monje francés que decidió no volver al convento y establecerse en Burgos para cuidar a los peregrinos. Fundó el monasterio de San Juan; ganó fama de santo, y hoy es patrón de la ciudad de Burgos con el nombre de San Lesmes.

Künig, sin embargo, sí quiso volver a sus orígenes e hizo el camino de vuelta por la ruta jacobea desde Santiago hasta la ciudad de Burgos. Pero aquí informó de un atajo: la ruta de Bayona, Francia, que en buena parte coincidía con la antigua calzada romana conocida como Vía Aquitana. El monje alemán da pocas indicaciones de la ruta, pero otro gran viajero alemán de aquella época, Arnold von Harff, nos la dejó detallada.

Desde la muralla burgalesa

Ese camino salía de las murallas de la ciudad, construidas en los siglos XIII y XIV, por la puerta de Oriente; pasaba frente a la iglesia de San Lesmes y el hospital de San Juan, que ya se encontraba en decadencia desde hacía un tiempo, para encaminar los pasos hacia Gamonal.

Salida de Burgos hacia el este

Salida de la ciudad de Burgos hacia el este. Al fondo, el hospital de San Juan, a la izquierda, la iglesia de San Lesmes. Imgen de Miguel A. Moreno Gallo

Tras dejar atrás el casco de la ciudad de Burgos, se llega a Gamonal, ante cuya iglesia, un edificio del siglo XIV, podemos ver uno de los más bellos cruceros del Camino de Santiago, una bella obra gótica que marcaba una división de las rutas.

crucero de Gamonal, Burgos

Uno de los cruceros más bellos del Camino de Santiago es el de Gamonal, en Burgos. Imagen Miguel Moreno Gallo.

A una legua de distancia, Villafría (Villa Fenis, según Arnold von Harff) esperaba al peregrino. Era apenas un villorrio; incluso hoy en día apenas tiene una docena de casas tradicionales.

La iglesia del lugar dependía del monasterio de San Pedro de Cardeña y fue derribada años después del viaje de Künig para construir el modesto templo que hoy se levanta a la vera del camino.

Iglesia de Villafria; Burgos

Iglesia y travesía de Villafría. Imagen de Miguel Moreno Gallo

Por las tierras llanas de la vega del río Vena, otra legua más adelante, se llega a Rubena (Robena, Río Vena). Es otro modesto pueblo que ha sobrevivido durante siglos gracias a la carretera de Francia. A pesar de ello, en la primera mitad del siglo XV ya tenía un hospital, construido por Pedro Ferrandes.

El edificio del antiguo hospital, aunque muy transformado, se conserva aún como Ayuntamiento. Pero, sin duda, la tradición hospitalera es más antigua: Alfonso VII, el 5 de mayo de 1135, donó a la alberguería de peregrinos de Rubena un lugar llamado Olalla. La admonición fue tremenda: “Si alguien, incluido alguno de mis descendientes, infringiese lo establecido en esta carta de merced, corran la misma suerte que Datán y Abirón”, dos personajes del Antiguo Testamento que fueron tragados por la tierra al rebelarse contra Moisés.

Ayuntamiento de Rubena, Burgos

Ayuntamiento de Rubena, antiguo hospital de peregrinos en el siglo XV. Imagen de Miguel Moreno Gallo

Quintanapalla (Quinta napalea, según von Harff) está a menos de una lengua de Rubena. Era y es otra pequeña población que entonces veía cómo se comenzaba a construir su iglesia, rematada en gótico flamígero.

Casi dos siglos después de la época de Hermann Künig, el rey de España Carlos II acudió presto en 1679 a Quintanapalla para casarse con María Luisa de Orleans, sobrina de los reyes de Francia e Inglaterra. ¿Cómo es posible que se hiciera tan magna boda en tan modesto lugar? Las malas lenguas, incluso las buenas, dicen que el rijoso monarca no estaba dispuesto a esperar en la Corte la llegada de su esposa, de modo que se trasladó primero a Burgos, y luego a Quintanapalla, para celebrar los esponsales y así poder consumar el matrimonio cuanto antes.

Iglesia de Quintanapalla, Burgos

Iglesia de Quintanapalla, Burgos, ligada a la historia de Carlos II y María Luisa de Orleans. Imagen de Miguel Moreno Gallo

Pero volvamos al camino de Bayona. Desde Quintanapalla, el siguiente lugar habitado era —y es— Monasterio de Rodilla (Monasterium Rodila). Hoy cruza la carretera por el nuevo barrio, aunque a finales del siglo XV el pueblo se encontraba protegido en un vallejo, a la sombra del viejo castillo del siglo IX, con la iglesia de Santa Marina como parroquia.

Según algunos autores, Monasterio de Rodilla llegó a tener dos hospitales, uno en cada barrio. Eran pequeños, de cuatro o cinco camas; en ellos pernoctaban los peregrinos y los viandantes sin recursos. El mejor monumento está un poco aislado respecto a ambos barrios. Se trata de la ermita de Nuestra Señora del Valle, románica de influencia bizantina; se edificó hacia 1170.

Nuestra Señora del Valle, en Monasterio de Rodilla, Burgos.

Ermita románica de Nuestra Señora del Valle, en Monasterio de Rodilla, en la vía peregrina de Burgos a Bayona. Imagen de Miguel Moreno Gallo.

Seguramente los viajeros repondrían fuerzas antes de continuar por el valle, ya en la vertiente del río Ebro, camino de Santa Olalla de Bureba y Quintanavides. En este pueblo, (Quinta in Bedis según Arnold von Harff) aún se conservaba un hospital con ocho camas que prestaba su servicio a los viandantes que iban y venían del continente europeo.

Poco más tarde, probablemente tras cruzar los pueblos de Castil de Peones y Prádanos de Bureba, por fin el viajero llegaba a Briviesca (Barbisco), la antigua Virovesca romana trazada hoy a escuadra y cartabón, pero que en el siglo XV languidecía como tantas otras villas castellanas.

Crucero en Briviesca, Burgos.

Crucero en la rotonda de entrada a Briviesca. Imagen de Miguel Moreno Gallo

 

Para saber más:

Arce Íñiguez, J. Mª. (2016): Rubena: Once siglos de historia. Madrid: Círculo Rojo.

Domingo Mena, S. (2007): Caminos burgaleses: el Camino de Santiago. Burgos: Ayuntamiento de Burgos.

Martínez Díez, G. (1998): El Camino de Santiago en la Provincia de Burgos. Burgos: Diputación Provincial.

Pérez García, A. (2011): Monasterio de Rodilla, historia y arte. Ayuntamiento de Monasterio de Rodilla.