Lucerna es una de las urbes de mayor belleza de Suiza, situada en la parte occidental del lago de los Cuatro Cantones, en un espacio geográfico realmente grandioso. Hermann Künig la conoció en su viaje, en el final del siglo XV.

Por Tomás Alvarez

La ciudad está en un extremo del lago, en el que nace la fuerte corriente del Reuss, uno de los grandes ríos suizos, cuyas aguas se unen a las del Aar, para verter en el Rin, no lejos de Basilea.

El atractivo turístico le ha dado fama mundial. El flujo de viajeros creció en el final del siglo XIX, animado por las visitas frecuentes de monarcas europeos, incluidos los zares. Y ese atractivo continúa en nuestros días. Pese a su fama, la urbe cuenta con menos de 100.000 habitantes, si bien se integra en una conurbación que aglutina unos 200.000 habitantes en total.

El Kapellbrücke, Puente de la Capilla, en Lucerna

Lucerna. El Kapellbrücke, puente de la Capilla, por el que pasó Künig en el final del siglo XV. Imagen de Guiarte.com

El entorno es bello. Los cuidados edificios, el lago surcado por los barcos de recreo y las poderosas montañas elevándose a la vera de las aguas apacibles, integran un escenario subyugante. Se respira en el ambiente la historia y el poderío económico.

Bajo el manto de Murbach

Surgida como centro religioso dependiente de la abadía alsaciana de Murbach, Lucerna fue, desde la Edad Media, una población que lideró la formación federal suiza. La apertura de la vía de San Gotardo, en el siglo XIII, para unir el sur del Sacro Imperio con el norte de Italia, dio un impulso económico y demográfico al lugar. Durante los conflictos religiosos se alió permanentemente entre los cantones católicos.

La guía de Künig se inicia en Einsiedeln y la siguiente población que cita es Lucerna. Desde esta continuará por Berna y Friburgo para llegar a Lausana y Ginebra, en su camino hacia Compostela. Sin embargo, siempre ha quedado una duda: ¿Por dónde avanzó Künig para llegar a la actual capital helvética?

Abadia de Murbach, en Alsacia

Lucerna surgió en torno a un cenobio dependiente de la abadía alsaciana de Murbach (en la foto) Imagen de Guiarte.com

Una duda sin resolver

En la primera guía publicada por Künig, la de 1495, el monje alemán recomienda al viajero avanzar por el sur del monte Pilatus, la cima más elevada de los Prealpes de Lucerna: “deja la montaña a tu derecha”, escribe el monje alemán. En este caso es posible que el avance se realizase por el bellísimo entorno de Interlaken y el lago de Thun.

Sin embargo, en una de las ediciones posteriores, se recomienda dejar el monte Pilatus a la izquierda(al sur). En este caso el camino llevaría al viajero por un espacio menos montañoso, bordeando la meseta existente entre los Prealpes y los montes del Jura.

¿Fue esta una corrección de Künig?¿Fue una modificación del editor? La duda sigue. Lo cierto es que en la actualidad por ambos itinerarios se pueden ver peregrinos a Compostela.

El puente más bello

Una de las cosas que impresionaron favorablemente a Künig fueron los puentes… Y en Lucerna se comprueba porque el monje comentaría su paso por el Kapellbrücke, Puente de la Capilla. Es el más largo de los dos puentes cubiertos medievales que perviven allí.

Se trata de una construcción del año 1365, con más de 200 metros de longitud. Su cubierta de madera se embellece con pinturas triangulares del siglo XVII; en ellas se representa la historia de la urbe.

Al lado del bellísimo puente esta la Torre del Agua, uno de los elementos defensivos medievales, que también fue prisión en el pasado.

El puente, lleno de geranios floridos en los días bonancibles, con la poderosa torre octogonal, sobre las plácidas aguas es –según se dice- la imagen más fotografiada y famosa de Suiza.

El Reuss y la iglesia de los Jesuitas en Lucerna

La iglesia barroca de los Jesuitas, a la orilla del río Reuss, en Lucerna. Imagen de Guiarte.com

Un casco histórico de calidad

Hay otro puente, más pequeño pero lleno de encanto, que es el de Los Molinos. Es de inicios del siglo XV, con pinturas del XVII; una de ellas representa la Danza de la Muerte. Muy cerca de él está el dique que regula el nivel del lago y dirige parte de la corriente hacia los molinos de la ciudad.

El casco viejo es interesante, con sus casas históricas muy cuidadas. Entre las iglesias, la airosa Hofkirche, originaria del siglo VIII, cuando había allí una abadía consagrada a San Mauricio, erigida con apoyo de Pipino el Breve.

En una de las orillas del Reuss, aparece la iglesia barroca de los Jesuitas. Es el primer gran edificio barroco hecho en la Confederación. Al lado, la Franciskanerkirche o iglesia de los Franciscanos, del XIII, es el contrapunto de la sencillez.

Paisaje, cultura, historia… Lucerna, bien merece el viaje.