Catedral de Amiens

Portada de la catedral de Amiens, en el norte de Francia; uno de los edificios más espectaculares del arte gótico. Imagen de SommeTourisme-AW

Por Tomas Alvarez

La catedral de Amiens es una más espectaculares del arte gótico. Su belleza seguramente impresionó a Hermann Künig, cuando pasó por esta ciudad en el viaje de retorno hacia Aquisgrán.

Amiens se halla en el Camino Bajo, Via Baja o Niederstrasse, descrito por Kunig en la primera guía moderna del Camino de Santiago. En aquel texto jacobeo rimado y sintético, el monje alemán califica al lugar como una ciudad muy bella.

La población –explica el monje alemán- está a 28 leguas de París. El autor cuenta las distancias en función con el uso métrico de las distintas regiones. En este territorio utiliza una legua de de unos 4,5 kilómetros; más adelante, ya en terreno de la actual Belgica, la legua utilizada será bastante mayor: cercana a los 6 kilómetros.

La ciudad, capital del departamento de Somme, no es muy grande; tiene algo más de 100.000 habitantes. Se encuentra en la orilla de rio que da nombre al Departamento. Es una zona estratégica donde se ubicaron los romanos ya en los días de las Guerras de la Galias.

La Catedral de Amiens

Poco queda de la antigua ciudad galorromana (Samarobriva). Sede episcopal desde los primeros tiempos del cristianismo, el gran monumento de la urbe, y de toda la región, es la inmensa catedral gótica; construida en el inicio del siglo XIII.

En plena Edad Media, la ciudad recibió una reliquia que alcanzaría gran fama: el cráneo de San Juan Bautista. Aquello hizo del lugar un gran centro de peregrinación, lo que animó al episcopado a planificar la construcción de una gran catedral.

La primitiva iglesia románica había quedado pequeña para acoger a los fieles, y por ello, tras un incendio en el año 1218, se procedió a la edificación de un nuevo templo.

Se trata de una construcción espectacular, con planta de cruz latina y cinco naves. Alcanza una altura interior de 42 metros, la mayor de las catedrales francesas.

La perfección del gótico

La fachada occidental es bella, aunque sus torres, hechas en el siglo XIV y XV, no son totalmente simétricas. Posee tres pórticos excelentes y una gran riqueza decorativa, en la que destaca el enorme rosetón sobre un conjunto escultórico.

Friso escultorico catedral amiens

Friso escultórico de la portada de la catedral de Amiens. Imagen de Frédéric Leonardi/Somme Tourisme

Este soberbio edificio fue incluido en 1981 en el listado del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta institución destacó la planificación rigurosa de su planta y su alzado, con una elevación interior en tres niveles; esto realza la ligereza de la estructura y marca un nuevo avance en la búsqueda de la luminosidad.

A todo ello, cabe añadir la riqueza de su decoración escultórica y sus vidrieras.

La coherencia del conjunto

El conjunto resultante es unos de los ejemplos más destacados de la arquitectura medieval, y tuvo influencia incluso fuera de Francia. En España, la bellísima catedral de León seguiría el modelo de la de Amiens en el alzado.

Entre las obras escultóricas del templo cabe citar al Beau Dieu, es una innovadora visión del Pantocrator, en la que algunos han visto influencias de la obra del Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela. La colección de estatuas de la fachada occidental hace que se haya denominado a la misma como Biblia en piedra. El escritor y crítico de arte John Ruskin (1819-1900), autor de La Biblia de Amiens, sería uno de sus grandes admiradores. En el interior, el coro también en magnífico. Para muchos amantes del arte, la grandeza y armonía del templo lo sitúan la cabeza de las catedrales francesas.

Los responsables de la construcción fueron Robert de Luzarches (1220-1223); su ayudante, Thomas de Cormont (1223-1228), y finalmente el hijo de este, Renaud de Cormont (1228-1288). Esa continuidad permitió una unidad de diseño. Tal vez por esa unidad del proyecto recibieron críticas las novedades introducidas en el templo durante la restauración de Viollet-le-Duc, realizada en el siglo XIX.

El beffroi de Amiens

También tiene Amiens en el listado del Patrimonio Mundial un campanario municipal (beffroi). Originario de la profunda Edad Media, el edificio actual consta de una base masiva y cuadrada de piedra, construida en inicios del siglo XV; coronada por un campanario barroco, con lo que alcanza una altura de 52 metros.

La inclusión en el listado de la UNESCO tuvo lugar en el año 2005, en el que se incluyó a este monumento dentro de un amplio conjunto de edificios de este tipo de Bélgica y el norte de Francia.

Saint Leu Amies

El popular barrio de Saint Leu, en Amiens, Imagen de Frédéric Leonardi/Somme Tourisme

La ciudad -no lejos de París y Bruselas- es un importante punto de atracción para el turismo, y entre sus atractivos populares figuran también la casa del novelista Julio Verne y el Museo de Picardía. Este posee amplia obra medieval, egipcia y una buena colección de pintura.

En el plano religioso, Amiens tiene una relación interesante con otra ciudad española de importancia jacobea, Pamplona. San Fermín, al que se considera como el primer obispo de Pamplona, fue el evangelizador y primer obispo de la ciudad francesa.