En medio del valle del río Tuerto, a unos 15 kilómetros al norte de Astorga, se halla Castrillos de Cepeda, un núcleo rural que recibe su nombre de la existencia, en las proximidades, de varios castros antiguos.
Por Tomás Alvarez
El núcleo urbano de Castrillos se asienta a lo largo del valle del río Tuerto, vertebrado por la carretera de Pandorado. Una prolongación del casco urbano alcanza un vallecillo regado por el arroyo del Valle, y ocupado por pastizales y bosquecillos.
La definición de Castrillos en el diccionario geográfico de Pascual Madoz –publicado entre 1845 y 1850- es así:
Se trata de un lugar situado en un valle, algo resguardado de los vientos del oeste, con clima sano, “pues no se conocen más enfermedades comunes que algunos constipados y reumas”. “El terreno participa de monte y llano; al que fertilizan en parte las aguas del indicado río Tuerto y la producción es de “centeno, patatas y buenos pastos; cría ganados; caza de varios animales, y alguna pesca”.
En aquella época, Castrillos tenía 30 vecinos (en su significado de hogares) con 107 habitantes.
Castrillos de Cepeda: un paisaje amable.
El lugar pertenece al ayuntamiento de Villamejil y está poblado actualmente por 132 personas, según el censo de 2020 del Instituto Nacional de Estadística. El entorno es agradable y apropiado para el paseo y el cicloturismo.
En torno al río y el bosque de ribera se extienden los cultivos de regadío; a ambos lados, las laderas de los montes están cubiertas de bosques de roble, pino, encinas y castaños, y en las llanuras de secano se extiendes los cultivos de cereal. El territorio de la comarca también es rico en fauna y flora.
Historia de los tres castros
Según Ricardo Magaz, conocido escritor y criminólogo nacido en Castrillos, el lugar surgió de la unión de tres pequeños castros colindantes entre sí. la palabra Castrillos tiene su origen en el latín castrum, fortificación, o castelum, su diminutivo.
Destaca este autor:
«Los tres castros que se fusionaron en un único núcleo poblacional y dieron carta de naturaleza al actual pueblo estaban situados, según la tradición oral y los testimonios de Constantino Magaz González Zurdo, memoria viva del pueblo desde hace 98 años, y de la vecina Mónica del Amo, del siguiente modo:
El primero, en el paraje “La Veiga”, también llamado “Ranero” o “Los Cañales”, por ser un cruce de caminos a la vera del río Tuerto, en el camino a Villamejil. En este pago se halla actualmente el popular bar “El Corral”, muy visitado por cepedanos, astorganos, maragatos y gentes de más allá. Justo al lado, hay constancia indubitada de enterramientos.
El segundo castro, estaría ubicado en el paraje “El Salguero”, lindando igualmente con el río en dirección a Sueros de Cepeda, donde se han encontrado numerosas losetas de enterramientos.
El tercer castro, se asentaría más o menos equidistante de los otros dos, en la zona del puente que cruza el río Tuerto, hacia la cuesta conocida como Montealegre, no muy lejos de la actual iglesia parroquial de San Antonio Abad, que en el pasado estuvo también bajo la advocación de Nuestra Señora la Virgen de Sobanillos, según la Real Academia de la Historia».
En defensa del nombre del pueblo.
“No está acreditado –añade Ricardo Magaz- el momento en que los tres pequeños castros se fueron aproximando en sus quehaceres del día a día hasta configurar el emplazamiento local de Castrillos de Cepeda. El sentido común sugiere que la proximidad, la agrupación de tareas (pese al minifundismo), la ausencia de rivalidades y hasta los probables vínculos familiares serían, entre otros, factores clave. Existe, no obstante, una teoría acerca de epidemias de peste que diezmaron el territorio y, en consecuencia, abocaron a la concentración de núcleos de población. Ambas posibilidades son complementarias”.
El escritor y criminólogo critica la apatía burocrática de la Junta de Castilla y León que “está logrando que se pierda la “s” que distingue esta localidad de otras de la provincia conocidas como “Castrillo”, en singular. En el año 2003 el Instituto Cepedano de Cultura logró a través del Ayuntamiento de Villamejil que la Diputación Provincial de León repusiera las placas de entrada y salida del pueblo con el nombre correcto. Sin embargo, a día de hoy en casi toda la documentación expedida por las administraciones públicas consta “Castrillo”, pese al enojo de los hijos del pueblo”.
En el entorno de la peregrinación a Compostela.
Castrillos está en el entorno por el que tuvo que avanzar Hermann Künig en el siglo XV en su peregrinación a Compostela. Este monje alemán, autor de la primera guía de peregrinación realizada en la Edad Moderna, propone a los viajeros que desde León avancen por Santa Marina del Rey continúen hacia el oeste dejando a Astorga a tres leguas al sur (unos 12,5 Km.) para alcanzar el paso de Brañuelas-Cerezal de Tremor. Esta es la única entrada al Bierzo en la que el peregrino no necesita subir montañas.
La ligazón de Castrillos de Cepeda con la peregrinación compostelana es evidente. El investigador José María García Álvarez, así lo muestra en un trabajo referente a la cofradía de Santa María Magdalena. Esta fue una entidad de apoyo a la peregrinación, con un establecimiento de acogida a los peregrinos en Cerezal de Tremor y un gran arraigo en la comarca de la Cepeda y del Bierzo. En ella figuró un vecino de Castrillos, Alfonso Nicolás, como abad de la misma, en el tránsito de los siglos XIV y XV.
Dicho abad, en el inicio del siglo XV facilitaría la donación de las propiedades de la cofradía al convento franciscano de Cerezal de Tremor.
San Antonio Abad, patrono de Castrillos.
En el catastro del Marqués de la Ensenada -de mediados del siglo XVII- figura destacadamente la relación de Castrillos con el convento de Cerezal. En efecto, en la referencia a este lugar aparecen propiedades conventuales.
La iglesia actual es relativamente humilde, y de época moderna, bajo el patronazgo de San Antonio Abad. Este patronazgo puede ser otra referencia a la peregrinación, dado que San Antonio, fue un santo muy ligado a la ruta jacobea, especialmente a través de la orden de los antonianos, muy activa desde los siglos XIII al XVI.
Hermann Künig en su guía -escrita en el siglo XV- menciona diversos lugares y centros de peregrinación ligados a San Antonio. En la misma ciudad de León, la principal institución de atención a los peregrinos tenía precisamente como patrono a San Antonio (Sant Thonges). Künig recomienda al peregrino que acuda a ella si tiene ocasión.
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