La bella Portada Norte, románica, de la catedral de Lugo. Imagen de guiarte.com

Por Tomás Alvarez
Lugo, la ciudad que admiró en el siglo XV Hermann Künig, está desde el año 2000 en el listado del Patrimonio Mundial de la UNESCO, por la fortaleza de su muralla romana.

La muralla fue construida a final del siglo II, y la UNESCO la califica como el «más bello arquetipo de fortificación romana tardía de toda Europa Occidental«.

En su guía de viaje, Künig denomina a la ciudad Lucas. Y no es de extrañar, porque ya los romanos le dieron el nombre de Lucus.

la ciudad bien construída

Desde aquel momento original a hoy han transcurrido dos milenios, pero el casco urbano sigue mostrando una imagen de fortaleza, especisalmente por la pervivencia de esos muros defensivos que en ocasiones alcanzan los siete metros de grosor.

Aún existen en la ciudad diversos elementos romanos, aparte de las murallas, entre ellos unos baños termales que cita el autor alemán en su el itinerario de su Guía.

Ciudad tranquila, de buena construcción, conserva en sus casco antiguo un ramillete de monumentos y rincones de valor, especialmente su rica catedral, donde se expone el Santísimo Sacramento día y noche, un privilegio excepcional.

Una catedral rica y compleja

La Muralla de Lugo es Patrimonio Mundial de la UNESCO

Precisamente esta catedral es el monumento más interesante, por su riqueza y complejidad: Se inicia en el románico, continúa en gótico, se la dota de un excelente coro renacentista y sigue creciendo con aires barrocos y unas notables torres neoclásicas.

Los elementos de calidad de este edificio son diversos, aunque tal vez lo más bello sea la Puerta Norte, románica, con su dintel polilobulado, en el que se asienta un excelente Pantocrátor.

Pero también es monumental la calidad culinaria de la ciudad, donde se degustan los tradicionales platos gallegos, desde el lacón con grelos al pulpo. Hermann Künig seguiría disfrutando de Lugo, si hubiera llegado en el siglo XXI.

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