Iniciamos aquí una serie de textos, escritos por Tomás Alvarez, destinados a dar al peregrino unos datos esenciales que le permitan conocer la historia y la sociedad que peregrinó por las rutas europeas hacia Santiago de Compostela, desde la Edad Media a la actualidad.
Peregrinaciones y Peregrinos: El Camino de Santiago
Por Tomás Álvarez
1.- INTRODUCCIÓN
Siempre me maravilló el mundo de los peregrinos, aventurados cada día por distintos espacios y entre nuevas gentes; caminando hacia un lejano destino.
Tal vez, en el origen de esa fascinación esté el hecho de haber vivido mis primeros años en un reducido núcleo rural, donde mi mundo se extendía por apenas una docena de callejuelas en las que se alternaban las huertas y las edificaciones, un río rodeado de bosques y unas laderas montuosas coronadas de pinos y robles que bordeaban el valle; marcando la frontera de lo conocido.

Peregrinos en una vidriera de Canterbury, uno de ellos a caballo, como viajaron en la Edad Media muchos caballeros, como el barón de Rozmithal, Arnold von Harf o los integrantes de la saga peregrina de los Ritter de Núremberg.
Aunque aquella patria infantil se hallaba a tan sólo una docena de kilómetros del Camino Francés, mi interés por conocer más a fondo el mundo de la peregrinación sólo llegaría muchos años más tarde, y por una razón que poco tenía que ver con mi preocupación por el apóstol Santiago. Lo explico:
En 1992, el año de la Exposición Universal de Sevilla, padecí un grave problema de salud. En el hospital de La Fe (Valencia), donde fui internado por Urgencias, explicaron que tal vez en pocos días podría pasar al mundo de los silencios. Afortunadamente, el pronóstico fatal no se cumplió, pero desde aquel momento mucha gente empezó a tratarme casi como a un ser inútil. “No hagas esfuerzos”, “no tomes el sol”, “tú no vayas con los demás, que el camino es largo”…Me cansé de aquella discriminación, y un año más tarde, para probar mi resistencia, decidí subir a la bicicleta y recorrer parte del Camino de Santiago en compañía de mi hermano Constantino. Hicimos varias etapas, la mayor de ellas 120 kilómetros. Todo marchó bien.
Un viaje de iniciación
El viaje me acercó al interior del mundo de la peregrinación, un tema que siguió interesándome en años sucesivos. De modo que mi primer libro escrito fue El Camino de Santiago para paganos y escépticos (Ed. Endymion. Madrid) un texto que tuvo excelente acogida por su enfoque abierto, crítico e irónico. Poco tiempo más tarde publiqué una novela en la que volví a utilizar el territorio del Camino: El búcaro de azucenas (Ed. Tabla Rasa. Madrid). Desde entonces he seguido hablando sobre el Camino en muchos ámbitos: bibliotecas, centros docentes… hasta en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas (León), localidad santiagueña y patria natal de la pícara Justina; donde di la conferencia más masiva de mi existencia, ante centenares de divertidos oyentes.
En el año 2017, el intelectual y escritor berciano Manuel Cuenya, responsable de Estudios de la Universidad de la Experiencia del Campus de Ponferrada, me pidió que participase en el programa de la Institución con una serie de charlas en torno al mundo santiagueño. Fue así como inicié este texto, en el que intento dar una visión personal de la peregrinación en general, y del Camino de Santiago, en concreto.
En los últimos tiempos, además, he profundizado en esta temática entre otros motivos por mi interés en conocer más a fondo y divulgar el camino descrito en el siglo XV por el monje alemán Hermann Künig von Vach, texto publicado en Estrasburgo en 1495 y reimpreso en varias ocasiones en el siglo XVI.
El texto de Künig es en realidad la primera guía escrita para los peregrinos jacobeos, aunque ha habido quienes de modo hiperbólico afirman que la primera guía escrita para el peregrino es el libro V del Códice Calixtino.
La primera guía escrita para los peregrinos
La guía de Künig da cuenta en realidad de dos trayectos: Oberstrasse y Niederstrasse. En ellos se sintetizan los itinerarios base del peregrinaje santiagueño por el continente europeo. El primero se inicia en Einsiedeln, cerca de Zúrich, en Suiza, para llegar a Santiago de Compostela después de cruzar los territorios de los actuales estados de Suiza, Francia y España. El otro une a Compostela con el núcleo de Aquisgrán/Colonia a través de Bayona, París y Bruselas.

Portada del monasterio de Einsiedeln, en invierno. Imagen de Guiarte.com
El trayecto que viene de Einsiedeln es el que aglutinó el tráfico desde Europa Central y el sur del Sacro Imperio; el de Aquisgrán, el que condujo a los viajeros del norte de Europa Central, Escandinavia, Países Bajos, Flandes, oeste de Francia; así como a quienes se incorporaban al continente por los puertos atlánticos.
En España, el trayecto del viajero alemán discurre a lo largo del clásico Camino Francés, pero con algunas variantes respecto al itinerario más popular y conocido en nuestro tiempo. Una corresponde al trecho entre León y Ponferrada; otra al tramo entre Villafranca y Melide. Künig esboza, asimismo, los caminos de Bayona; tanto desde Burgos, como desde Pamplona (Camino de Baztán), muy utilizados también en el pasado y prácticamente ignorados en el Calixtino.
En nuestra web sobre la peregrinación y la guía de Künig, https://www.elcaminodekunig.com/, encontrará el lector abundante información de todo ello.

El bello entorno del puente del Txokoto, en Elizondo, la principal población del Camino de Baztán en su recorrido por Navarra. Imagen de Tomás Alvarez.
Mi relación con el Camino se ha seguido profundizando, tanto por los viajes realizados a distintos puntos de Europa, ligados a la peregrinación, como por nuevas publicaciones. Las dos últimas han sido El Camino de Künig a Compostela (2020) y Pucheros y Zurrones. Gastronomía del Camino de Santiago (2023).
En el primero de estos libros aglutiné una serie de textos relativos al trayecto del monje alemán del siglo XV, junto con una nueva traducción de su guía, trabajo realizado por Monika Drerup, a quien pedí que abordara esa tarea tras haber detectado notables errores en traducciones anteriores. El segundo de los libros citados es un fruto de la Pandemia. Aproveché la inactividad forzada para revisar infinidad de documentos y textos de literatura odepórica relacionados con los Caminos, para extrer las informaciones relativas a los yantares que a lo largo de la historia dieron fuerza a los peregrinos para hacer el trayecto entre sus tierras y Compostela.
El Camino, herramienta de cultura y progreso
El Camino de Santiago es un bien patrimonial de inmenso valor histórico, cultural, religioso y económico. Las tierras por las que pasa –en gran medida abandonadas del progreso y afectadas por la despoblación– tienen en él un elemento de vida y cultura. Es esta una de las razones por las que me interesa su conocimiento y divulgación. Cada paso que se da para salvar el Camino y acrecentar el flujo peregrino, es un paso más para salvar la historia y la vida de los pequeños lugares por donde discurre.

Peregrinaciones y peregrinos. Friedrich Herlin. Cena de peregrinos. Altar de St. Jakob en Rothenburg ob der Tauber, Alemania.
* Fuente Commons/Wikimedia/ Yorck Project.
Esta razón ha sido fundamental para animarme a poner por escrito estas reflexiones, si bien he de reconocer que en este texto no me he preocupado tanto por la calidad literaria, como por el interés divulgativo.
Creo además, que al lector le puede resultar atractivo reflexionar sobre el fenómeno de la peregrinación, ese impulso que ha movido a los hombres de todos los tiempos en busca de verdades, conocimiento y ayuda para remediar sus males; pero que también ha contribuido a la propagación de la cultura y al acercamiento de los pueblos.
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