nicola albani mapa italia

Albani, en un dibujo de su manuscrito, sobre un mapa de la Península Itálica del siglo XVIII, fragmentada en múltiples estados. Composición de elcaminodekunig.com

Por Tomás Alvarez

Nicola Albani fue, al igual que Hermann Künig, uno de los grandes viajeros que dejó escrito un relato con su experiencia. Con Albani, iniciamos una selección de grandes peregrinos de todos los tiempos 

Albani, nacido en Melfi, Italia, estaba al servicio del Mondillo Orsini, arzobispo de Capua, cuando decidió emprender viaje. Tenía entonces 28 años, y la primera razón de la aventura fue la de conocer mundo. Su notable experiencia quedó ralatada en el libro Viaje desde Nápoles a Santiago de Galicia.

Este viajero italiano es un personaje extraordinario, a veces devoto, a veces pícaro, siempre curioso. Emprende la marcha en junio de 1743 y necesitará cinco meses y diecisiete días para llegar a Santiago. Fue un viaje en tiempos difíciles, con peste y guerras.

Nicola Albani: un texto excepcional

El texto de Nicola Albani no es una guía, pero constituye un relato de valor excepcional para conocer el peregrinaje del siglo XVIII: itinerarios, modos de vida, costumbres, peligros, enfermedades… y hasta la geopolítica del momento.

Europa era una tierra convulsa, a causa de la Guerra de Sucesión Austríaca. Esta involucró a las potencia europeas y tuvo impacto incluso en otros continentes.

Albani pisaría territorios de los actuales estados de Italia, Francia, España y Portugal. Inició su periplo en el sur de Italia, y alcanzó la monumental ciudad de Roma en pleno estío, cuando la urbe olía fétidamente por efecto del calor.

Santiago y Lisboa

Llegaría a Santiago en noviembre de 1743, y desde allí marchará a Lisboa, aunque volverá de nuevo a Santiago en 1745, para ganar el jubileo.

El peregrino retornará seguidamnte a Lisboa desde donde viajará en barco hasta Génova.

Las riquezas que había conseguido merced a la caridad, la picaresca y el favor de las amistades le serán incautadas a su llegada a Italia, al caer el barco en el que viajaba en mano de los ingleses que cercaban el puerto genovés…

Un larguísimo manuscrito, con buenas ilustraciones, recoge minuciosamente sus andanzas. Este fue descubierto hace apenas cuarenta años y es aún escasamente conocido, aunque su larga extensión es una mina de precisa información.

Mientras Künig escribe una guía para orientar al viajero, Nicola Albani se complace en relatar minuciosamente sus vivencias personales y  facilita datos diversos de los lugares de paso.

El inicio

Inicia su marcha desde Nápoles hacia Roma. En la Ciudad Eterna estuvo varios días. Un prelado le lavó los pies a su llegada como peregrino; conoció diversos lugares píos, asistió a fiestas con fuegos de artificio y fue estafado por un pícaro milanés.

albani en italia

Nicola Albani recibe la bendición del obispo de Capua, antes de partir, e itinerario seguido en Italia. Composición de elcaminodekunig.com.

A su salida de Roma acabaría perdido en un bosque y temiendo por su vida a manos de cuatro ladrones, desertores de las tropas españolas.

Escondido entre la hojarasca, uno de los forajidos orinó sobre el lugar donde estaba. Sintió la orina deslizarse sobre él, y el miedo. Sólo saldría de su escondite cuando los cuatro españoles se marcharon. Su salvación fue –escribe- un milagro de la Virgen de Loreto.

Alcanzó Loreto y poco más adelante, en Ancona, empezó a encontrar trabas a su paso a causa de la peste… Así, continuará por toda Italia, superando con picardías los controles de las fuerzas de distintos estados y contemplando hasta procesiones de fieles, descalzos y ceñidos de espinas, pidiendo a Dios el fin de la pandemia.

Problemas de todo tipo

Los problemas se suceden por Milán, Módena, Parma, Plasencia, Pavía… hasta en Génova, donde es maltratado en el palacio de Doria, y un fraile le roba una guía de viaje.

Con suerte diversa alcanzará Niza, donde no dejan pasar ni a españoles ni napolitanos ni a franceses, luego deja Saboya y entra a Francia, cruzando un rio en el que casi se ahoga.

Por tierras de hugonotes

En Francia hay otro ambiente: muchos “herejes” y nuevo trato al viajero. A los peregrinos se les da limosna pero no alojamiento gratis. En Montpellier Albani se encontrará con dos desertores españoles que más adelante le dejarán semidesnudo y sin dineros…

NIcola Albani por Francia

Itinerario de Albani por el sur de Francia, donde fue asaltado por dos desertores españoles. Composición de elcaminodekunig.com.

Después del duro paso del viajero por tierras de hugonotes, avanza hacia España. Entra por tierras de Cataluña, donde cosecha más chinches que monedas.

El camino continúa por Aragón con numerosas incidencias de todo tipo, hasta llegar a Madrid, ciudad en la que ve el Palacio Real quemado y se extasía ante el espectáculo de los toros.

Madrid

Madrid es ciudad cara, con abundantes aguas. Ciudad sucia de casas sin retretes, donde se tiran los excrementos a las calles. En ellas los hombres y las mujeres hacen las necesidades en la calle, cuando lo necesitan y sin pudor, según explica.

De Madrid avanzará hacia el norte, a Valladolid, donde renueva su provisión de piojos, y desde donde llega a Palencia, incorporándose al Camino Francés en San Nicolás, cerca de Sahagún.

La descripción de León –con la más bella de las catedrales españolas- y de su entorno es excepcional por los datos etnográficos y económicos. Luego se perderá entre Astorga y Ponferrada, y describirá las duras condiciones del Bierzo y Galicia. Por esta zona no ve dinero y este es como reliquia, afirma.

Nicola albani en españa

Composición de elcaminodekunig.com.

Y la llegada emocionante a Compostela

Finalmente llegará a Compostela, una llegada plena de emoción. Besa la tierra mil veces, tiembla y se le ilumina el corazón, tras haber recorrido. 2708 millas.

El libro continúa con una gran descripción de la caridad y la religión en Santiago, urbe que da una atención fastuosa a gran número de peregrinos.

Albani da al lector una serie de consejos para el buen viaje: contar con buen compañero; no viajar con guerra ni peste; ir con buena salud; no viajar de noche; ir con hábito de peregrino; ser astuto y “político”; parecer pobre si es rico y rico si es pobre; hablar bien del país; no avergonzarse de pedir limosna, y tener buen estomago.

Tomo Segundo

El tomo segundo del manuscrito es notable también en datos. Albani quería ir a París, pero la peste y la guerra se lo ponen difícil; acabará yendo a Lisboa.

En el trayecto, cerca de Ponte da Lima, matará a un bandido que se interpone en su camino, y ha de escapar de la zona con prisas y nocturnidad, para que la familia del muerto no pueda tomar represalias.

nicola albani mata al bandolero

Nicola Albani lucha contra un bandolero portugués en un dramático episodio de sus viajes por Portugal, según la imagen plasmada en su manuscrito.

Llegará luego a Oporto. Allí se encuentra con un contingente de 120 peregrinos en el hospital. Es la vigilia de Navidad y gana un gran aguinaldo: un testón (moneda de plata).

Portugal: más riqueza y menos caridad

Albani dice que en Portugal no existe la caridad con el peregrino que vio en España, pero la gente es más rica y fluye más la moneda.

Pasara por Coímbra, Mafra, Sintra y Cascais, para asentarse en Lisboa. A medida que avanza el viaje, Albani se muestra cada vez más pícaro, llegando a afirmar que es bueno mentir para sacar provecho: “quien sea pánfilo se quede en casa”.

Rica es la descripción de Lisboa, donde entra al servicio de un comerciante napolitano de vinagres y aguardiente. La ciudad es un hervidero de vida comercial.

La experiencia laboral no es gozosa; le impresiona la ciudad, pero se queja de los malos tratos sufridos de la mujer, los hijos y los mozos del negociante, y recuerda tiempos mejores: ¿Dónde los cortejos, los bailes, las comidas con los fríos vinos de Grecia?

La grandiosa Lisboa

La ciudad, que aún no ha sufrido el brutal terremoto que la destruiría en gran parte, es –dice- la mayor y más hermosa de Europa.

Pese a todo, no se encuentra bien allí. No hay fiestas, ni comedias, ni carnaval; hay que retirarse antes de anochecer para evitar ser robado y por la mañana aparecen por las calles gentes asesinadas. También le impresionó la severidad y las actuaciones del Santo Oficio.

Es Lisboa, para Albani, una ciudad triste y sin fiestas.

El viajero retornará a Galicia para el año Santo de 1745, con documentos falsos que lo vinculan a los dominicos y franciscanos; de este modo siempre contará con algún convento que le atienda en la marcha.

El retorno

Tras su regreso a Lisboa embarcará para Italia tras la procesión de Corpus, el 17 de junio de 1745. La partida se retrasa varios días por falta de viento. Luego, en el mar, se encontrarán con piratas de Argelia e Inglaterra, para terminar en un cerco de barcos ingleses ante Génova.

Los ingleses le quitan su “capital” y Albani terminará visitando la Toscana con cierto lujo, merced a cartas de presentación y lo que Albani llamó “política peregrinesca” que no era, en realidad, sino un despliegue de astucia, para vivir a cuerpo de rey en conventos y casas aristocráticas.

Finalmente, cerrará su viaje en Capua.

Fue el final a dos años, tres meses y veintiséis días de andar por rutas de mar y tierra: casi 5.200 millas recorridas en total.

En su larguísimo recorrido, apenas pasará por los lugares que conoció Künig, salvo en el tramo francés de Nimes y Montpellier, y un breve trecho del Camino Francés, básicamente en las provincia de Palencia, León y La Coruña.

El manuscrito, por su amplio contenido y sus referencias concretas a la sociedad de aquel tiempo, es un monumento de la literatura jacobea. El original se conserva en el Centro de Estudios Compostelanos de la Universidad de Perugia.

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